Los unos y los otros

Hay una película genial de hace 30 años atrás, llamada “Les Uns et les Autres” (Los unos y los otros), que está ambientada a lo largo de 3 generaciones, antes, durante y después de la segunda guerra mundial.
Y cuando la vi, aparte de lo magnifico de la película que recorre toda la gama de las emociones humanas, hubo un concepto que me impactó. Algo que no se dice en la película y que quizás muchos espectadores ni lo notaron, pero que yo si lo noté, metido en la trama de la película, y me pregunté cuando la vi (la vi como cinco veces): ¿será así?. Porque jamas lo había visto escrito en ningún libro de psicología, ni de filosofía, ni de espiritualidad.
Y el concepto en cuestión es como que “heredamos” arquetipos de historias de vida de nuestros antepasados biológicos, incluso de los que JAMAS CONOCIMOS.
O sea un hijo adoptado, que no tiene ni idea de quienes fueron sus padres ni sus abuelos, termina viviendo, por ejemplo, el mismo “tipo de historia de vida” que lo que vivió su abuelo.
Si se trata de familias ensambladas usuales, uno podría decir que algo de la historia del abuelo que quedo “pendiente” se quedo en el consciente o el inconsciente del hijo de ese hombre, y luego se lo transmitió a su propio hijo (el nieto del original) para que viviera la “asignatura pendiente del árbol familiar”.
Ese concepto si, es conocido.
Pero como se puede transmitir “una historia de vida”, un arquetipo de vida a vivir, si no hay conexión fisica entre abuelo y nieto a través de alguien mas, o sea solo por una cuestión genética?
Desde entonces me he ocupado de ir observando vidas humanas para ver si ese tema (uno de los tantos tan interesantes incluidos en esa película sobre “la vida humana”) era cierto o solo parte de la imaginación del autor del libreto.
Y hoy te puedo decir con total certeza que si, es cierto: a través de los genes (o de lo que sea) hay “historias de vida” que uno “hereda” y luego “copia” o “se siente compelido a vivir”, y que no es “por hacerle el mandado” al padre o a la madre o al abuelo, sino “por que si”, porque los genes se lo piden.
O sea no solo hay rasgos físicos y de carácter en los genes sino “historias por vivir”.
¿Por qué te lo comento?
Porque estos subpersonajes arquetipicos (historias por vivir, heredadas en los genes), al igual que los subpersonajes instintivos, son poderosos pero no todopoderosos: el libre albedrío también juega el partido.
Y cuando uno se “ve compelido” a vivir algo en su vida, uno debe saber que no todo lo que surge de nuestro interior necesariamente tiene que ser “seguido”, que para eso tenemos libre albedrío, para poder realmente ELEGIR cual de las varias alternativas de vida a nuestra disposición decidimos seguir.

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