El miedo genera que el cerebro esté continuamente “en guardia” buscando señales de que “eso” a lo que se tiene miedo, se presente en nuestro entorno.
Estar continuamente en guardia gasta continuamente energía psíquica lo cual genera el equivalente de dolor neuronal equivalente al dolor físico generado por calambres por excesivo uso de los músculos (para entender el por qué de esto a nivel neurocientifico te remito a mi libro “Tu y tu cerebro”).
Cuando la persona tiene miedo a que XXX pase y lo considera inevitable, y sufre por ello, y no le ve salida al sufrimiento porque no le ve salida al permanente temor, busca que XXX pase de una vez así deja de sufrir del miedo a que pase.
Los borderlines por ejemplo, tienen mas que miedo, panico a que se rompa la pareja de la que forman parte.
Por lo cual generan situaciones cada vez mas intolerables para su pareja para que la relación llegue al punto de ruptura, sea porque la pareja se cansa de tanto despelote en la relación y se va, o porque la borderline cuando intuye que se viene XXX (porque se lo buscó con su conducta) abandona ella para evitar que sea su pareja que tome la decisión del abandono.
Pero esto no le pasa solo a los borderlines (simplemente son el ejemplo mas claro del mecanismo) sino que nos pasa a todos los que tenemos un miedo grande a algo XXX que no es un miedo racional sino irracional.
Ahi inconscientemente reclutamos las situaciones en que el XXX tan temido suceda de una vez, para terminar de una vez con el sufrimiento del miedo a que XXX pase.
Ya se, no es “lógico”.
Pero funciona así el ser humano que no sabe de este mecanismo y por lo tanto cae en él.
La única salida a eso es
a) saber que este mecanismo existe
b) “darse cuenta” del miedo a XXX que uno tiene y hablarlo con un buen psicoterapeuta para neutralizarlo.