La metáfora del autostop y ruleta para la vida sentimental

Si vos estas en una carretera buscando ir a la ciudad XXX a 1000 kms de ahí, haciendo dedo (autostop) en la carretera, y te sabes cuidar a ti mismo, no te subís necesariamente al primer coche que para solo porque te invita a subir.
Te subís solo si se cumplen dos condiciones:
1) que intuitivamente la persona dentro del auto te parezca una persona adecuada, y
2) que vaya para el mismo lado que vos (o al menos que no te aleje del lugar al que vos vas). Para lo cual vos tenes que saber adónde vas (obvio, no?).
De la misma manera el que va en el auto no deja subir a cualquier persona, también se fija si la persona le parece bien y le pregunta adonde va (o se fija en el cartel que tenga en la mano) para ver si su ruta es la misma ruta que la persona de a pie.
Mucha gente que tiene claro que esta es la manera adecuada de hacer autostop no entiende que exactamente lo mismo debería ser a la hora de empezar una relación con alguien.
Cada cual debe saber “adonde va” en la vida, desde lo mas elemental, ¿quiere una relación seria y comprometida y está buscando la persona adecuada para ello? ¿quiere sexo de una noche? ¿quiere una relación light y abierta sin reglas que no sea ni sexo de una noche ni una relación comprometida? ¿quiere tener hijos? ¿o mas hijos de los que tiene? ¿cree en el casamiento? ¿cree que la fidelidad es imprescindible? y diez mil preguntas mas que tienen que ver con …
1) que tipo de persona es (lo que se fija uno antes de subir al auto o dejar subir alguien al auto de uno) y …
2) adonde está yendo en su vida.
Mucha gente cree que la fórmula adecuada para vivir la vida de pareja es “si me gusta la persona empezamos la relación y vemos que surge”, algo así como te subís al coche si te gusta el conductor y luego de cuatrocientos kilómetros “vemos a donde queremos ir”, cuando si haces eso quizás te pasaste ya dos encrucijadas de caminos donde en realidad deberías haber tomado para otro lado si querías llegar a donde en realidad serias mas feliz yendo.
El problema potencial que surge con el “empezamos la relación y después vemos que quiere cada cual de su vida” es el siguiente.
El ser humano en relación de pareja, empieza, en mayor o menor grado, a generar algo así como “raíces emocionales” que se van metiendo en la otra persona y viceversa, y si ya recorriste los primeros 400 kilómetros, podes llegar a tener suficientes raíces emocionales metidos en la otra persona de modo que bajarte ahí para empezar de nuevo el autostop se te hace “emocionalmente difícil” y ahí muchas veces se da que la persona sigue yendo en ese auto hacia un lugar que en realidad no es el lugar que en ese momento querría ir solo porque “ya se encariño” o “ya se habituó” o “le da pereza empezar de nuevo a buscar otra persona”.
Ni te digo de la gente que para cuando se da cuenta que “para donde está yendo esa otra persona en su vida no es lo mismo de donde quisiera ir uno” ya tiene hijos en común.
Aun teniendo ambas personas claro “adonde quieren ir” y aun si ambos van para el mismo lado, no hay ninguna “garantía de éxito” para la relación dado que las relaciones de pareja son difíciles de sostener con felicidad porque se requiere inteligencia emocional y conocimientos de psicología para entender a la otra persona y a uno mismo en el proceso de llevar adelante cualquier relación de de pareja.
Pero empezar una relación sin tener en claro adonde uno va y adonde quiere ir la otra persona, es jugar a la ruleta con nuestra salud emocional y la calidad de nuestra vida. Si, a veces igual sale bien. También a veces uno gana en la ruleta en el Casino.

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