Podes imaginarte a tu propio ADN como un “subpersonaje” de tu mente, que como todo subpersonaje tiene un objetivo, una intención.
El objetivo o intención de tu ADN es MULTIPLICARSE.
Para multiplicarse tu ADN necesita sobrevivir (no podes reproducirte si estas muerto) para lo cual te impulsa a tener cuanto mas poder posible (porque si no tenes poder, otras personas o situaciones te pueden dañar, piensa el EGO, el representante oficial del ADN en tu mente).
El EGO para defender el objetivo del “ADN” es naturalmente ego-ista (no busca que estén bien los demas, saludables, vivos, para que los otros dejen reproduzcan SU ADN, al contrario, en un mundo de recursos escasos, o es el otro o es uno el que va a tener acceso a esos recursos y asi poder mejor reproducirse, asi “razona” el subpersonaje “ADN”)

El ADN en tanto subpersonaje de nuestra mente es el principal impulsor …
1) del instinto de conquista sexual del macho (inseminar cuantas mas hembras posibles) y
2) del instinto de procreación de la mujer (es el que activa el reloj biológico cuando pasan los años y la mujer no ha reproducido su ADN; tener fuertes ganas de tener hijos no necesariamente te hacen buena madre, podes estar simplemente siendo manipulada por tu ADN)

Un ser humano que ha puesto al subpersonaje “ADN” bajo el poder de la conciencia …
a) ama por igual a un hijo adoptivo que a un hijo biológico, y
b) entiende que su legado principal y su trascendencia no pasa por multiplicarse biologicamente, sino por el efecto que dejamos en el mundo a través de los millones de acciones que hacemos a lo largo de nuestra vida, cada una de las cuales abre un abanico de causas y efectos que terminan dejando nuestra marca indeleble en el mundo (porque nuestros hijos claramente no son una marca indeleble, cuando se mueran ellos, nuestros nietos y nuestros bisnietos, nadie nos recordará por lo “biológico” de nuestra vida).