Parece obvio que uno es uno mismo, no sus padres, pero hasta determinada edad, el niño cree que su identidad es “sus padres”.
Hablarle mal de su padre o su madre es tirarle abajo su propia identidad, si el padre (o la madre) “no valen”, el niño siente que el mismo no vale, lo cual le quita autoestima.
Y por otra parte, los niños son autoreferenciales por lo tanto si el padre o la madre no los cuida como necesitan, terminan creyendo que “es porque no valen lo suficiente” (ellos, los niños, como para que los adultos los cuiden y amen adecuadamente).
Y eso es AUN PEOR para la autoestima.
Entonces?
Que hacemos?
Si tuviéramos un medidor de gente, de cuan buena persona es alguien, de cuan capaz es alguien, obviamente todas las personas no sacarían la misma nota sino que cada cual sacaría una nota entre 1 y 99 (para evitar pensar que alguien puede ser totalmente malo CERO o totalmente bueno y capaz CIEN, pongo las notas entre 1 y 99)
Si el padre es solo un 35 o tu madre es solo un 42 (ni hablar si son 7 o 18), ¿a que edad es conveniente que el niño sepa que esa persona NO ES alguien que tomar como “modelo de vida”?
¿A que edad tiene que saber que su padre o madre no llega siquiera al promedio 50?
Opino que SIN DUDA a partir de los 13 años los niños están capacitados para asumir la verdad sobre que puntaje sacan su padre o su madre entre el 1 y 99 en los varios rubros que se cuenta la calidad humana y la capacidad de alguien..
Pero personalmente yo bajaría la edad para asumir la verdad a los 8 años.
Eso si, lo haría junto con la explicación de que uno NO ES sus padres. Y explicando que de padres mediocres y malos ha salido gente excepcional, una y otra y otra vez a lo largo de la Historia, pero mientras uno trate de justificar la imagen del padre o madre que en realidad ha sacado muy mala nota en la vida, regalandole nota, uno se arruinará la propia vida copiando un modelo malo, o poniendo un limite superior artificial al nivel de gente que uno tiene derecho a reclutar para su propia vida, y todo por un mal entendido.
Por no haber sabido llamar al pan pan y al vino vino en la calificación de nuestros padres.
“Si crees que no podes, no podes”, dice el dicho y es muy cierto, los limites a nuestra vida muchas veces son artificiales y los ponemos nosotros.
Si tenemos un padre 65 y creemos que eso es 95, nos privaremos de tener mas que 65-70 en nuestra vida por creer que eso es lo máximo que hay.
Si tenemos un padre o madre 25 y creemos que eso es 95, ahi no solo nos limitaremos sino directamente nos cagaremos la vida reclutando gente muy por debajo hasta del promedio.
En cambio una vez que se libera nuestra mente llamando 25 al 25 y sabiendo que eso no habla de nosotros, sino solo de nuestros padres, el cielo es el limite ante lo que podemos aspirar y reclutar para nuestras propias vidas.