La necesidad humana de intimidad

La palabra intimidad viene de la palabra timo, que es es el nombre de una glándula.
Para decir con un gesto el concepto “yo”, no apuntamos ni nos tocamos la cabeza, ni la zona del corazón (ni la rodilla mi el estómago), sino que apelando a nuestro saber absoluto intuitivo, y aún si nunca leímos ni aprendimos nada sobre inmunología, con la palma extendida nos tocamos la zona central del pecho tras la cual está el timo, que es la glándula donde se forman los pequeñitos soldados internos llamados linfocitos que están continuamente recorriendo nuestro cuerpo en búsqueda de bacterias, virus, materias extrañas que hayan entrado al cuerpo y que saben reconocer todo lo que no tenga el propio ADN o sea todo lo que no sea “yo” a nivel físico; la acción de los linfocitos es crucial para poder evitar la enfermedad o sea para mantener a “yo” sano y su acción se basa en su capacidad de diferenciar “yo” de “no yo”. De ahí que el timo, de todo el cuerpo, es quien mejor representa el concepto “yo”.
Pero no solo somos cuerpo.
Llámalo tu alma, tu esencia, ponele el nombre que quieras al concepto de ese “yo” para quien el cuerpo es el vehículo.
Esa esencia humana tiene una sed de lo que solemos llamar “intimidad”, de poder vencer las barreras protectoras del ego para que “mi yo se funda con tu yo para formar un nosotros”.
Ahora bien.
Uno de los momentos en que tendemos a dejar caer las máscaras protectoras es en el sexo
Por lo cual muchas veces se busca el sexo como un atajo hacia esa deliciosa experiencia humana a la que llamamos intimidad.
Sin embargo el sexo sin real entrega de si mismo es un pobre sucedáneo de la verdadera intimidad.
Una conversación de alma a alma puede generar mucha más intimidad que el sexo sin entrega de si, y cuando hay una genuina entrega mutua, una mirada, un toque de manos, un caminar juntos en silencio, puede hacernos sentir “íntimamente unidos con el otro”.
O, como lo decía Gabriel García Marquez, “el sexo es el premio consuelo de los que no tienen suficiente amor” (y lo que quiso decir con esa frase es que para los que no tienen la suerte de poder tener suficiente unión de almas con otra persona, a falta de pan buenas son las tortas, o sea intentamos paliar la carencia con sexo, pero sin resultado, solo es un “premio consuelo”).

16807451_10211830908309110_4016966933557059164_n

Para ver el posteo original con los comentarios en Facebook hacer click en el siguiente link: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10211830908309110

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *