Jesús en su época puso en su contra a las autoridades y a parte de su pueblo (judío) porque dijo cosas que la gente no deseaba oir, como ser la poca importancia que tiene la religión en tanto ritos y rezos y cumplimiento de las tradiciones, cuando lo que importan son las buenas acciones, las buenas intenciones y la fe en que podemos incorporar lo divino dentro de cada uno de nosotros.
Y cuenta la Biblia que Pilatos pone frente a la gente en la plaza (quizás cien o trescientas personas, la mayoría manijeada por las autoridades religiosas de la época) a Barrabas, un ladrón y a Jesús y le pregunta a quien suelta y a quien crucifica.
Y los ahí reunidos gritan que suelten a Barrabas.
Si viniera un político a decir las “verdades” inconvenientes de la época moderna, como que no se puede gastar el dinero que no se tiene, que no se pueden tapar los agujeros económicos de hoy robando a nuestros hijos y nietos por nacer tomando “deuda nacional a pagar en el futuro”, o que debería penarse con cárcel el tener hijos si no estas preparado material, psicológica y emocionalmente para criarlos bien, o que no puede haber mas población mundial que lo que el planeta puede soportar en cuanto a recursos renovables, y otras cosas mas del tipo “verdades” que la gente no quiere oír, jamas seria electo por voto popular.
Pasaron dos mil años y seguimos eligiendo a los ladrones que nos dicen lo que queremos oír en lugar de lo que necesitamos oir.