Dice Bert Hellinger en el libro “Felicidad que permanece”
Crecemos precisamente frente a la contrariedad, y crecemos gracias a los errores de nuestros padres y también gracias a las dificultades que hemos tenido que soportar.
Lejos de ser un daño, es la oportunidad gracias a la cual crecemos y adquirimos fuerza para la vida real.
Bert Hellinger, el de las constelaciones familiares, es el mismo que dice que hay que honrar a los padres si o si, incluso al padre que abusa sexualmente de su hija.
Que disparate!! (entendes las burradas que dijo Hellinger cuando estudias su biografía; toda su filosofía de vida está basada en su incapacidad para juzgar y condenar a sus propios padres, que lo despacharon pupilo desde muy chico a un colegio católico y desde entonces nunca mas volvió al hogar familiar).
Las medias verdades son mas peligrosas que las mentiras totales porque son mas difíciles de descubrir.
Es cierto que si los niños no tienen en su educación ninguna dificultad, ninguna frustración de sus deseos, ningún problema a solucionar, se desarrollan mal como adultos, no quedan preparados para la vida.
Por eso se habla en psicología de la “frustración optima” como parte de una crianza funcional.
O sea hay una DOSIS de problemas (incluidos los errores de nuestros padres) que es la ideal para poder desarrollar el musculo de superar las dificultades y los dolores de la vida. Por debajo de esa dosis no nos han desafiado nuestros potenciales de superación lo suficiente. Y por encima de esa dosis nos hacen daño y muy por encima de esa dosis nos hacen carozo.
Cuando vos lees la primera frase de este posteo, la dicha por Hellinger, no hay matices y parece que toooodos los errores de nuestros padres son positivos porque nos dan la “oportunidad que nos da el daño recibido para crecer y adquirir fuerza”.
Estupidez peligrosa.
No es así.
Hellinger, por su propio trauma no digerido ni superado, por su propia incapacidad de juzgar y condenar a sus propios padres, intenta convencer a todo el mundo que cualquiera sea la dosis de daño y “errores” que cometan los padres, debemos igualmente estarles agradecidos.
Extrapolando eso deberíamos agradecer a todos los que nos dañan en la vida y pedirles que nos dañen el triple, así tenemos el triple de posibilidades de crecer y “adquirir fuerza”.
El concepto de constelaciones familiares, que básicamente es el concepto de las herencias generacionales psicológicas de conflictos irresueltos que arrastramos cada uno de nosotros y que debemos enfrentar y asumir en conciencia, es una idea positiva que ha aportado a la psicología.
Pero Helligner como psicólogo borra con el codo lo que escribe con la mano al hacer la apología del daño parental hacia sus hijos, así, sin matices ni sentido de dosis, sin entender el concepto de “frustración optima”, como si tanto mas el daño recibido, mejor, porque mas oportunidades nos da de crecer.
Llevado eso a la ley habría que agradecer a los ladrones que nos roban porque nos dan la oportunidad de crecer y ganar mas dinero para compensar lo que nos han quitado en el robo.