La realidad es una sola.
Lo que cada cual tiene es su visión y punto de vista sobre esa realidad.
Lo que tenemos de diferente las personas son los lentes a través de los cuales percibimos la realidad, y así nuestra visión de la realidad está distorsionada por nuestros traumas, nuestras heridas, nuestros prejuicios (PRE-juicios), falsas creencias, preconceptos, lealtades familiares y fantasías que nos hacen a veces hasta llegar al extremo de inventarnos una opinión de la realidad opuesta a la propia realidad o en caso menos extremos coloreando y distorsionando la realidad para ajustarla a lo que esperamos o deseamos ver de esa realidad.
El crecimiento personal justamente requiere ir limpiando esas heridas, traumas, prejuicios, preconceptos y fantasías para ir acercándonos cada vez más a la captación de la realidad, o sea, limpiando los lentes perceptivos, para ver cada vez mayor parte de la realidad tal cual es.
Existe una sola realidad y lo que la gente confunde con “mi realidad” es “mi DISTORSIÓN de la realidad”, eso si hay tantas como personas hay.