Dos conversaciones inquietantes

Ayer tuve dos chats perturbadores.
1) el primero fue con un hombre de unos 40 años que hace ocho años terminó una relación con una joven mujer borderline y todavía no se anima a entrar en otra relación comprometida por lo mal que lo pasó durante la última parte de la relación y especialmente al separarse de su ex, por la campaña de difamación en su contra que ella montó, que incluyó golpearse a si misma y crearse moretones y luego denunciarlo a la policía por abuso; me contó que estuvo en situaciones legales muy desagradables hasta que la policía al final descubrió el engaño y las falsas acusaciones.
Uno sabe lo que sufren las parejas de las/los borderlines pero una cosa es saberlo y otra tomar contacto con los casos mas extremos como este, y las secuelas que dejan en sus victimas.
¿Cuanto tiempo estuviste en relación? le pregunté.
“Tres años” , contestó.
¿Y cuando te diste cuenta que esa relación era toxica para vos, que te desequilibraba?
“A los seis meses, al principio fue idílica, y sexualmente increíble, era la mujer que siempre soñé” (el hombre ni sabia que existía la patología borderline, me contaba uno y otro síntoma de los muchos que he descrito en diferentes posteos anteriores).
¿Y por que no te separaste antes?
“No pude, me tenia atrapado con su manipulación, un día estaba genial, al día siguiente había una crisis, y así como una montaña rusa, yo era un inocente corderito para la época que la conocí, ahora ninguna mujer loca me atrapa para vivir semejante experiencia de nuevo”
No es que en los últimos 8 años no tuvo ninguna pareja, sino que al mas mínimo síntoma de “problemas” en la relación, este hombre se abría.
Le expliqué que los extremos son igual de malos, ser un corderito manipulado por una mujer o desconfiar sistematicamente de toda mujer, era el equivalente a pasar de cocinar sin sal y dejar la comida desabrida a echarle la triple cantidad de sal necesaria, lo cual estropea la comida.
Le expliqué que su actitud de que ante cualquier síntoma de “anormalidad” de una mujer, el se abría de la relación, era el equivalente de pasar de no echarle sal a ponerle el triple de sal que lleva la comida, porque todos somos un poquito anormales en algo, nadie es perfecto y perfectamente “sano”, y no existe relación de pareja sin crisis a superar, de modo que si a cada relación le echa el salero entero de su desconfianza sobre la salud mental o normalidad de su prospectiva pareja, no va a poder estar nunca mas comprometido con nadie.
Creo que me entendió a nivel intelectual pero su pánico a sufrir de nuevo en una relación de pareja puede mas que su entendimiento racional del tema.
2) La segunda charla perturbadora de ayer la tuve con una chica de 22 años, que ha trabajado como escort (palabra linda para decir “prostituta”) desde los 17 y viene de una niñez absolutamente disfuncional (si fuiste abusada sexualmente por tu padre o padrastro y tu madre no te protegió, quedas sexualmente afectada al punto que muchas veces pasa que el “uso” de parte de otros hombres es parte de tu “combo sexual”)
La parte perturbadora de la charla es que sin haber dejado de trabajar de escort, ni pensar en dejarlo, está maravillaaaada con su embarazo de seis meses y se muere de ganas de ser madre, cosa que está deseando hace años (lo que no sabe es que se muere de ganas de tratar de curar sus propias heridas de la niñez, por la buena madre que no tuvo, tratando de darle a su hija lo que ella quisiera haber recibido, y trata de recibirlo ahora “a través de” su futura hija; lo que tampoco sabe es que estadisticamente hablando, el infierno está empedrado de buenas intenciones y mas que probablemente sera tan mala madre abandónica de su hija como su madre lo fue de ella, perpetuando el ciclo).
No es que sea imposible ser buena madre sostenidamente por los próximos 18 años por haber venido de una familia tan disfuncional como viene esta chica y por trabajar de prostituta, claro que poder puede serlo.
Pero estadisticamente es muy poco probable.
Está jugando (en total inconsciencia de lo que hace) a una ruleta rusa con esta niña por nacer, solo que en esta ruleta rusa no hay una bala sino cinco en el revolver de seis recamaras. Es mas que probable que la bala salga y la que va a quedar dañada, psicológicamente, emocionalmente, y prácticamente, es la nueva hija, sufriendo como sufrió en SU infancia esta próxima joven madre escort.
Me siento reconfortado cuando ayudo a alguien a crecer y pongo mi granito de arena en aumentar el bienestar de alguien (sabiendo a que su vez ese alguien va a incidir en otras personas de forma mas constructiva y así se abre un abanico de causas y efectos de aumento del bienestar general) pero a veces me siento muy descorazonado cuando veo el grado de daño emocional que se genera día a día en mi alrededor.

Para ver el posteo original con los comentarios en Facebook hacer click en el siguiente link: https://www.facebook.com/roberto.lazar.5/posts/10217018620358669

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