¿Culpa o vergüenza o ambos?

¿Por qué algunas personas necesitan justificar la infidelidad?
1) Porque la culpa duele.
Y la justificación aunque sea con falsos argumentos, no validos para justificar nada, hace que el dolor se achique.
2) También porque la vergüenza duele.
Y de la misma forma que la propia infidelidad puede generarnos vergüenza, los hijos sentimos vergüenza ajena por las infidelidades de nuestros padres; si fueron infieles, achica el sentimiento de vergüenza el tratar de justificar la infidelidad de ellos, lo cual a veces hacemos con pseudo argumentos y a veces reclutándonos a nosotros mismos para ser luego infieles de adultos o reclutando a una pareja que nos sea infiel a nosotros para tratar de lavar la infidelidad de nuestros padres con un “y bueno, se ve que todos son así, que culpa tiene mi padre o madre de ser como todos?”.
O siendo rápidos para hablar de “perdón” (para nosotros o para nuestros padres infieles)
No solo nos pasa a todos nosotros gente de a pie común y corriente sino le pasó también a Jesús.
Aun los que toman a Jesús como “hijo de Dios” piensan que Jesús vivió su vida y murió como ser humano.
Y por lo tanto con todas las falencias y carencias y necesidades y debilidades que tenemos los seres humanos.
Imaginate la difícil niñez de Jesús en su pueblito natal (pueblo chico infierno grande)
La historia de que su madre Maria había quedado embarazada de un espíritu no la compraba nadie en esa época (no había nacido el cristianismo todavía, Jesús nació, se educó y vivió como un hombre judío, en una comunidad judía, en un país judío)
Y en el judaísmo de hace 2000 años (se ha super modernizado, a diferencia del islamismo) el castigo a la mujer que tuviera sexo prematrimonial o fuera adúltera era la muerte.
O sea que si Jose, su marido, el padre de Jesús, no le hubiera aceptado su versión de que fue embarazada por un espíritu y no por otro hombre, la hubieran matado (a pedradas, esa era la forma de ajusticiamiento antes como ahora es la silla eléctrica o el fusilamiento o la inyección letal) y si la hubieran matado, Jesús no hubiera nacido.
Imaginate los rumores y las burlas de los compañeritos de clase de Jesús (sabemos que los niños pueden ser muy crueles)
Es obvio que de grande, Jesús hiciera del PERDÓN una columna vertebral de su doctrina, porque si retroactivamente todo el mundo hubiese aceptado su doctrina judía (repito, en ese momento no existía el cristianismo y a Jesús, en vida, se lo tomo como una variante propuesta del judaísmo) basada mas en el amor y el perdón que en el cumplimiento de la ley, a su madre le hubieran perdonado la vida y el hubiera podido nacer AUN SI no fuera cierto el cuento de su madre de que había quedado embarazada de un espíritu (y es bastante lógico pensar que al menos la DUDA existía en la mente de Jesús sobre si eso había pasado en realidad o era lo que su madre dijo para salvar la vida y su padre acepto para que no la mataran)
La doctrina de Jesús nunca fue aplicada, salvo poquitas excepciones, porque no se perdonan a los criminales, se los manda presos o se los ejecuta, en las sociedades que se llaman a si mismo “cristianas” (a pesar de que muchos de ellos vienen de familias muy carenciadas que no les dieron la oportunidad de recibir amor y buenos ejemplos o sea que fueron “empujados” al crimen por las condiciones de nacimiento que no eligieron) y los que juzgan y condenan a los criminales “no están libres de pecados” al tirar la piedra de decir “culpable y tal y tal es el castigo para usted por lo que hizo”.
Hasta la propia iglesia cristiana juzgaba condenada y ejecutaba (en lugar de perdonar) a las personas que se atrevieran a dudar de la fe y dogma cristianos (durante mas de doscientos años de cristianismo en la Inquisición)
Pero continuamente surgen en nuestro seno (y yo supe también tratar de justificar MIS errores antes de haber crecido como persona) personas que proponen “filosofías de vida” o actitudes de dar excusas y justificaciones y de exigir el perdón como si lo lógico fuera perdonar en lugar de juzgar.
El genuino perdón es el “no te preocupes, aquí no ha pasado nada”.
Y existir existe ese tipo de perdón y lo practicamos, por ejemplo cuando alguien llega quince minutos tarde a un encuentro (o sea que nos robó quince minutos de vida en que lo estuvimos esperando). Si nos pide perdón genuinamente por la tardanza, solemos perdonarlos con el tipo de perdón genuino de “aquí no ha pasado nada”.
Es el equivalente a un foul, en un partido de fútbol, que no hace sacar la tarjeta amarilla.
Pero las infidelidades, en las relaciones de pareja, en general no tienen ese desenlace, y a ellas les sigue o la tarjeta roja o al menos la tarjeta amarilla, y vivir en pareja con la tarjeta amarilla no es haber sido “perdonado”, sino haber sido advertido que la persona “está en capilla”, “está bajo la lupa” u otras consecuencias que no son el “y aquí no ha pasado nada”.

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