En la carrera de postas, que seguro alguna vez viste por TV, hay cuatro corredores por equipo y cada uno de los corredores tiene que correr determinada distancia y pasarle un objeto, la “posta”, de mano en mano al siguiente corredor y así sucesivamente hasta que el cuarto llega a la meta.
Si llega a la meta antes que el cuarto corredor de los otros equipos, gana.
Si hacemos un zoom out y vemos nuestras vidas desde cierta distancia para ver un poco mas que “hoy” y subimos lo suficiente como para que la vista vea “el tiempo”, cientos de años, miles de años, nosotros somos simplemente un corredor de posta, pasando la posta desde la generación anterior a la nuestra a la que nos sigue en el tiempo.
Y si subimos mas aun la vista, podemos ver al ser humano moderno, que es físicamente igual hace unos diez mil años de lo que es ahora, como una posta en la evolución desde el Big Bang hacia el futuro (cada átomo de nuestro cuerpo fue fabricado dentro de alguna estrellas; salvo el átomo mas elemental, el Hidrógeno, todo el resto de los átomos se “fabrican” en el núcleo de las estrellas, y cuando las estrellas mueren, esos átomos son expulsados hacia el Cosmos, viajan enormes distancias y algunos de ellos coagulan en planetas…el hierro, el cobre, el uranio, todo los átomos que existen en cada planeta y que nosotros en las minas las sacamos de la Tierra para usarlos para hacer objetos, fueron fabricados en las estrellas…los átomos de carbón de los que están hechos nuestros órganos TAMBIÉN fueron fabricados en las estrellas.Somos polvo de estrellas procesado en el tiempo por evolución. Somos una posta entre el Big Bang y el futuro).
¿Para que sirve este tipo de razonamiento?
Porque lo que debo hacer hoy depende de como me vea mi mismo, de como responda a la pregunta ¿Quien soy? ¿Para que estoy vivo? ¿Existe un propósito para mi vida aparte de sobrevivir y evitar el dolor?
Con el zoom puesto en uno mismo no hay ninguna respuesta coherente o racional para estas preguntas.
Desde una visión de zoom out, con mayor angulo de visión, nos damos cuenta que somos corredores de posta en la carrera evolutiva del Universo.
Y si queremos sobrevivir como civilización no nos queda otra que empezar a vernos como parte de un todo (la humanidad) que existe a través del tiempo, y entender nuestra responsabilidad en pasar bien la posta a la próxima generación.
Desde el aumento brutal de la deuda de cada país (a pagar por nuestros hijos) hasta la destrucción ecológica de nuestra casa planetaria, todo indica que hemos perdido de vista nuestra responsabilidad hacia las futuras generaciones.
Cuando deja de importarnos pasar bien la posta a la próxima generación, estamos ya perdidos. El narcisismo colectivo de nuestra forma de vivir actual es nuestro peor enemigo y es hora de que retomemos el amor hacia la próxima generación por entender que ellos y nosotros somos parte de una misma cosa: ese milagro de vida maravilloso que es “la humanidad”.