Nadie se dice la verdad completa sobre si mismo ni sobre su pasado.
Pero como la vida no es blanco o negro, no ser “totalmente” honesto no implica ser “totalmente deshonesto” con nosotros mismos, o sea que si no sos 100, perfecto, eso no implica que seas 0, sino que bien puedes ser 97 o 74 o 59 o 32.
Pero cuando una persona se miente mucho a si misma sobre como ha sido su comportamiento en su pasado y de repente algo en la vida lo pone de cara con la verdad o al menos con mas verdad de lo que había tenido disposición a ver, sobreviene un gran dolor, y la emoción que le sigue al dolor es la rabia (contra quien sea el “culpable” de que le esté doliendo).
Como el ser humano es reacio a hacerse cargo, hacia donde se deriva la rabia en esa circunstancia varia de persona en persona, puede ser contra otra gente que lo rodea a uno, o contra alguna persona en particular (típicamente el mensajero de las malas noticias), o contra Dios o la “mala suerte”, o contra el gobierno, etc etc, cada persona es diferente y estas rabias se asignan en proporciones diferentes según sea la persona.
En realidad ahí comienza un duelo, el duelo por la pérdida de la imagen que teníamos de nosotros mismos y las etapas de este duelo son las mismas etapas que cualquier otro duelo.
http://robertolazar.com/las-5-etapas-luego-de-una-perdida-importante/