Embarazar a una mujer y gestar y parir no es lo que te hace ni padre ni madre en lo que realmente cuenta, cualquier animalito de Dios se embaraza y pare, lo hacen las ratas, los camellos, las cucarachas, en fin, todos.
Lo que te hace padre o madre en el sentido humano del término, lo que merece honra y respeto, es todo lo que haces después que el bebé nace, lo que haces de constructivo para ayudarlo a ser un adulto pleno feliz y constructivo para si y para los demás.
Un hijo adoptivo amado y bien cuidado es mucho mas hijo que un hijo biológico a quien uno no ha cuidado bien.
Y cuando los bebes se fabriquen y gesten en probetas y úteros artificiales, con genes seleccionados de un banco de genes (en un futuro no tan lejano) los padres no serán los que “dan la vida” en el sentido biológico, sino los que “preparan para la vida” en el sentido espiritual, emocional, intelectual y práctico.
Hay quienes interpretan a Hellinger como diciendo de que tenemos que perdonar todo, honrar y respetar incondicionalmente a nuestros padres “porque nos han dado la vida”.
Se equivocan peligrosamente.
Hay casos en que honrar y respetar a nuestros padres sea lo que sea que hayan hecho, cuando fueron dañinos y aun si no se hacen cargo de sus daños (sea el daño hecho por acción, por haber hecho cosas que no debieron hacer, o por omisión, por no haber hecho cosas que e debieran haber hecho), equivale a tomarse un plato de sopa envenenado.
Lo toxico no se debe aceptar ni honrar sino que se debe rechazar.
Porque lo que no juzgas y condenas, terminas justificando. Y lo que justificas, terminas reclutando y cosechando en tu propia vida presente y futura, como actor, como victima o como cómplice.
¿Honrar/respetar a los padres porque te dieron la vida?
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