Nos comunicamos a través de la palabra, de los gestos, de los tonos, de los silencios, de los significados implícitos en lo que estamos diciendo.
En muchos casos las “palabras emitidas” son lo menos importante de todo, y el resto “comunica” mucho mas que las meras palabras emitidas.
Por ejemplo, imaginate estas dos escenas bien diferentes:
1) Imaginate que vos llegas y yo te saludo con un “hola” cargado de emoción de la alegría de verte.
2) Imaginate ahora otra escena, que vos llegas y yo te saludo con un “hola” dicho en un tono de voz y unos gestos de la cabeza y del resto del cuerpo como diciendo “estas son horas de llegar”?
El significado de los dos “holas” es bien diferente, casi opuestos, uno de alegría otro de reproche, y sin embargo la versión taquigráfica de lo que “dije” es solo “hola”.
Hay personas que parecen no haber aprendido de chicos (culpa de los padres, pero de adulto ya sos vos responsable de lo que hagas de tu vida independientemente de las fallas de tus padres) que de lo que uno es responsable no es solo “lo que dice” sino de “lo que comunica”.
Si no te han enseñado a escuchar lo que el otro comunica, solo lo que dice, o el equivalente, si no te han enseñado a hacerte responsable de lo que comunicas, y no solo de lo que decis, estas viviendo en un mundo de mentiras y automentiras, porque “la verdad” es lo que comunicamos y nos comunican, no solo lo que decimos y nos dicen.