A la madre de mi padre la mataron, por judía, en un campo de concentración.
Mi abuelo luego de la guerra se casó de nuevo, con una mujer muy interesante.
Yo los conocí cuando vinieron al Uruguay yo tendría ahí unos 7 años.
Al mes de llegar aquí, sin saber mas que 2 palabras en español, mi abuelastra, ya una persona mayor, estaba trabajando.
Siempre fue una “guerrera de la vida” con una actitud positiva a toda prueba..
Muchos años después cuando falleció, su hijo biológico, que después de la guerra emigró a Estados Unidos, vino para su entierro y en dicho entierro contó esta anécdota de mi abuelastra Iby (asi se llamaba).
Ella (Iby) y su hijo (Tommy, el que estaba contando la anécdota) que en ese momento tendría unos doce años, fueron llevados a un campo de concentración nazi.
Pero mi abuelastra en ese momento en que los subían al tren para llevarlos al campo de concentración (no los llevaban en tren de pasajeros sino en tren de ganado, todos apretujados) le dijo a su hijo (el que hablaba en el entierro) con tono optimista, porque esa era su forma de ver la vida: “ahora vamos a tener la oportunidad de aprender alemán”.
Iban a un campo de concentración donde el 99 % era exterminado y solo el 1% sobrevivía pero ella se enfocó en el potencial, no el problema.
No hay mas positivismo posible en la vida.
Y Tommy fue marcado por eso para el resto de su vida.
No importa lo que te haya pasado en la vida.
Hasta en lo mas dificil que te pase (que al lado de esa experiencia de Iby y Tommy es nada) podes encontrarle lo positivo.
Si las vicisitudes de tu vida hicieron que una rama del árbol que sos haya nacido torcida y horizontal, y ya eres un adulto, esa rama estará suficientemente fuerte para que puedas utilizarla para colgarle una hamaca y hamacar allí a tu hijo.
Y ahora tenes la oportunidad de aprender alemán
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