Escuché esta frase una vez, hacer mas de quince años, de un cura al que estaban entrevistando en un programa de TV y me impactó.
No es que en ese momento ni después haya llegado perfectamente a esa posición existencial de “confianza en el Universo de que todo lo que te pasa es para tu bien”, posición que ya el filosofo Hegel hace mucho tiempo habia expuesto como que hay “algo” en la forma de funcionar el Universo que va tejiendo el Destino en complicada trama que toma en cuenta las necesidades de crecimiento personal de cada persona.
No he llegado pero me he estado acercando a esa posición cada año mas, desde que oi esa frase que me “resonó” por dentro.
La frase no quiere decir “dejate llevar, no importa lo que hagas, igual todo saldra bien” ni tampoco quiere decir “agradecele a los que te hicieron daño porque al final sirvio para algo positivo en tu vida”.
Los que dañan no dejan de apuntarse puntos negativos en esta escuela de la vida PERO uno puede luego sentirse victima y dejarla por eso o usar la experiencia dolorosa vivida para crecer y mejorar y eso está en uno.
De la misma forma que “al que madruga Dios lo ayuda” y para que te pasen cosas buenas y constructivas ADEMAS de que el Universo “conspíra a tu favor” hasta cuando las cosas parecen salir mal (porque era necesario para tu crecimiento personal), la conspiracion del Universo se alinea con los propios actos basados en el libre albedrio para lograr el mayor aprendizaje posible en esta especie de escuela que es la vida humana.