La mayoría de la gente no sabe porque hace lo que hace: simplemente tiene “ganas de hacerlo”.
A veces sabemos la verdadera razón de porque tenemos ganas de hacer lo que hacemos y a veces nos inventamos una racionalizacion, una falsa excusa o falsa razón pero que suena bien y nadie puede “probar” que no sea la verdadera razón.
Por lo que he estudiado del tema, las razones son las siguientes:
1) en un mundo donde cada vez las cosas son mas fugaces, llevar tatuajes es como ponerse encima algo permanente que siempre nos va a acompañar (algo así como un antídoto que se pretende conseguir frente a la impermanencia de todo en el mundo moderno)
2) en un mundo donde cada vez somos mas “masa uniformizada”, un numero, una estadística, en lugar de un individuo, ponerse tatuajes, especialmente en lugares visibles, nos “personaliza” e “individualiza” y nos hace sentir “especiales y únicos”, lo cual es una necesidad básica del ser humano (cuando no se logra sentir adentro algo, se lo pone, como sucedáneo, afuera, solo que nunca lo de afuera sustituye a lo de adentro, solo lo de adentro es real, mientras no logramos ser genuinos individuos adentro, de nada sirve ponerlo en la piel)
3) en un mundo donde donde los matrimonios ya no son como eran antes de compromiso en serio “hasta que la muerte nos separe” sino que se han vuelto cada vez mas relaciones de “hasta que tengamos la primera crisis seria” o “hasta que no aparezca alguien que me caliente mas que vos” o “mientras la relación no tenga nada de rutina”, ponerse un tatuaje con el nombre de la persona amada es una forma de compromiso profundo, algo mas “definitivo” que intercambiar anillos, el anillo te lo sacas con facilidad, el tatuaje no.