Se sabe que los hombres somos visuales y las mujeres auditivas (salvo las excepciones que solo confirman la regla)
Pero de ahí a llegar al extremo patético en que caen algunas mujeres en que se sienten queridas porque algún tránsfuga seductor les diga “mi amor” o “no sabes cuanto te quiero” hay un abismo.
El mismo abismo que separa el admirar y apreciar y valorar la belleza de una mujer a que un hombre elija a una mujer solo porque es muy linda.
Ambos son ejemplos de extremos igualmente patéticos.