Podemos dividir la mente humana en múltiples subpersonajes, cada cual con SU intención.
Algunos subpersonajes son conscientes, otros no.
La suma de todos los subpersonajes inconscientes es lo que en psicología se llama “el inconsciente”.
Cuando tenemos subpersonajes con intenciones opuestas, para ahorrarnos el trabajo de elaborar esa incoherencia interna, tendemos a reprimir uno de los subpersonajes al inconsciente y adoptamos al otro como el “oficial”, el “políticamente correcto”.
De modo que uno dice “mis intenciones fueron buenas”, a cuales intenciones se refiere?
¿A la del subpersonaje A, o la del subpersonaje B que es diferente, o la de los subpersonajes X y Z que ni siquiera uno es consciente de que existen dentro suyo?
Lo que hacemos siempre responde a la intencion real de ALGUNO de nuestros subpersonajes y cuando hay intenciones opuestas de subpersonajes diferentes, lo que terminamos haciendo obedece a las intenciones del supbersonaje mas poderoso de nuestra psique.
Los subpersonajes inconscientes son los mas poderosos de todos porque son como jugadores de fútbol que tuvieran alguna pintura especial que los hace invisibles. Y así nadie los puede marcar e impedir que hagan un gol porque no se los ve venir. Así son los subpersonajes inconscientes, la conciencia no los ve venir.
Eso no exime de responsabilidad por un razonamiento similar al de que “la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento y del castigo si no la cumplis”.
No hay “premios a la inconsciencia”.
Y todo el mundo si tiene el coraje de mirarse adentro y hace el esfuerzo para poner orden en su mente, puede pasar lo inconsciente a la conciencia.
Todos nosotros, con coraje y dedicación de tiempo y energías podemos aprender a ver a esos jugadores escondidos en el inconsciente.
La proxima vez que intentes refugiarte en esta excusa “no fue mi intencion” o que intenten hacerlo contigo, recordá el concepto de este posteo.