En mi casa con mis hijos siempre estuvo claro que lo que se permite hacer y lo que no se permite hacer no estuvo jamas sujeto a “voto”.
Siempre he escuchado a mis hijos dar su opinión, primero porque es su derecho y segundo porque me interesa, porque por suerte me han salido de buen corazón y de buena inteligencia y con sentido común y buena profundidad de análisis de los temas.
Eso si, después de escucharlos, cuando los temas eran de los fundamentales, yo anunciaba mi decisión.
Y si me querían odiar era la opción de ellos.
No es que me de lo mismo si me quieren o me odian, sino que yo no estaba juntando votos para la próxima elección de padre ni aspirando al premio de “padre simpático” sino haciendo mi tarea de padre (aportar lo mejor de mi para criar adultos independientes con buena base emocional e intelectual y valores de vida claramente establecidos) de la mejor manera que me indicaban
1) mi intuición (elemental herramienta de toma de decisiones)
2) mi conciencia moral (otra herramienta elemental) y
3) mi capacidad de raciocinio.
No he tenido que pegar a mis hijos, no he tenido siquiera que ponerlos en penitencia. Porque desde el primer momento quedó claro que así como tengo la RESPONSABILIDAD de guiar a mi hogar por el buen camino (y creo haber cumplido con esa responsabilidad) también tenia el PODER ULTIMO sobre las decisiones importantes.
Y noto que muchos padres y madres NI toman sobre si mismos en toda la dimensión que se requiere la responsabilidad sobre sus funciones NI reclaman el poder que tienen para manejar la vida de sus hijos.
Y eso me cae mal, muy mal.
Porque es DERECHO DE LOS HIJOS tener padres protectores y TAMBIÉN padres que les sepan poner limites.
No importa que es lo que hagas tus hijos siempre te van a reprochar algo que les faltó. No se trata de ser padres perfectos. Nadie sabe serlo. El punto es no ser demasiado IMperfecto. Y sin valores transmitidos y sin limites puestos, y sin ser una roca de seguridad que los hace sentir protegidos en la vida, hagas lo que hagas habrás quedado en la zona de demasiado IMperfecto.