Tenemos un grabador interno donde quedaron grabados todos los “mandatos” que nuestros padres nos dieron, tanto los hablados, como los que fueron dichos sin palabras. Los niños están “sintonizados” telepáticamente al consciente y el inconsciente de los padres porque como necesitan ser aceptados, necesitan captar lo que sus padres REALMENTE apreciarían que los hijos hagan que a veces no se dice, y en otras ocasiones incluso es lo OPUESTO a lo que dicen que quieren de los hijos.
Algunos de nuestros “subpersonajes” más autosaboteantes están relacionados a estos “mandatos”.
Un buen psicoterapeuta identifica rápidamente a estos subpersonajes y elabora “permisos” para “liberar” a sus consultantes de los “mandatos” que, una vez descubiertos, el consultante prefiere NO cumplir, una vez que se da cuenta que no vinimos para cumplir las asignaturas pendientes de nuestros padres ni las justificaciones que ellos quisieran recibir, sino para vivir nuestra propia vida.