1) Dificulta la intimidad con tu pareja.
Porque la intimidad requiere bajar todas las defensas entre vos y tu pareja y no podes bajar “todas las defensas” porque tenes que estar “continuamente en guardia” de que no se te vaya a escapar algo (entre lo que decis, lo que haces y lo que te pasa) que vaya a delatar tu infidelidad. Y poder tener intimidad con tu pareja es una de las cosas mas deliciosas que brinda el matrimonio.
2) Tiende a ser descubierta a pesar de todos los cuidados que ponemos para que no pase.
Cuando salen del registro civil, la enorme mayoría de las parejas que se acaban de casar creen que eso del divorcio les pasara a otros. Aunque también saben (pero eligen olvidarse) que en ese mismo instante en que se acaban de casar sus posibilidades de terminar en divorcio son aproximadamente el 50%.
Con la infidelidad pasa lo mismo. Uno cree siempre que al que lo van a descubrir es a algún otro. Pero las estadísticas tienen la fea costumbre de cumplirse y la realidad es que a una gran parte de los infieles los descubren, mas tarde o mas temprano. O sea que uno esta jugando a una ruleta rusa con el matrimonio que dice valorar.
3) Tiende a estropear la calidad del matrimonio
a) porque a nadie le gusta sentirse culpable por lo cual uno empieza a buscarle defectos a su pareja o a agrandarlos. “Con esto que me hace lo menos que puedo hacer es serle infiel” seria la estrategia buscada. Y el que busca encuentra. O sea que vamos a encontrar siempre el pelo en la sopa y con eso disminuir nuestra apreciación por las cosas buenas que tenemos en el matrimonio. Y lo que uno no aprecia no cuida. Y lo que uno no cuida se estropea.
b) porque todos tenemos mucho mas intuición de lo que creemos tener y nuestra pareja puede ser que no “pueda probarse a si misma” que le somos infieles pero en el fondo “sabe”. Y como sabe empieza a separarse emocionalmente de nosotros. O a vengarse pagándonos con la misma moneda. Y ese es el comienzo del fin.
4) Tiende a estropear nuestra autoestima.
Porque todos sabemos que mentir esta mal, engañar esta mal, traicionar esta mal. Y doblemente mal cuando lo hacemos a la persona que se supone que es la que mas debemos cuidar y proteger del daño porque la elegimos como nuestra pareja.
Por lo cual podremos dibujarnos la realidad de todos los colores que queramos pero en el fondo sabemos que no estamos actuando dignamente. Y no hay peor juez que nos tire abajo nuestra autoestima que cuando perdemos el respeto por nosotros mismos.