El problema generado al confundir un pedazo de verdad con LA verdad, está representado en el cuento sufí de “los ciegos y el elefante” que dice así:
Cuatro ciegos se acercan a un elefante y lo tocan para saber lo que es.
Después de esto se reúnen y cada uno expresa lo que ha percibido.
Uno que toca la pata dice que el elefante es “como un muro ancho y sólido”,
otro que toca la trompa dice que el elefante es “como un tubo blando y flexible”,
otro que toca la oreja dice que es “como una gran hoja de un árbol”, y el cuarto que toca la cola dice que es “como una serpiente”.
Algo parecido le ha sucedido a los pensadores sobre la psique y la vida, quienes a lo largo del tiempo han captado intuitivamente partes de la verdad sobre que es YO, que es la mente, que es el ego, que es la conciencia, etc, etc, pero confundiendo la parte con el todo, establecieron cada uno de ellos teorías completas sobre la psique (o sea definiendo el pedazo del elefante como si fuera el elefante completo) lo cual dio pie a continuas discusiones sobre “mi teoría es la correcta y la tuya es la equivocada” cuando en realidad todos tenían razón y lo que se necesitaba era un modelo que incluyera a todas estas verdades parciales en lugar de anteponerlas una contra las otras.