(pero la idea va entrando cada vez mas en ambos ambientes)
Cada emoción se traduce en un seteo diferente de neurotransmisores generados durante esa emoción (que dura mas tiempo de lo que somos conscientes de que tenemos la emoción, o sea, el correlato a nivel cuerpo del nuevo seteo de cuanta serotonina, adrenalina, acetilcolina etc hay en el sistema nervioso central dura mas tiempo de lo que la conciencia decodifica como “estoy enojado” o “estoy alegre” etc).
Lo mismo pasa con el seteo hormonal y endocrino, cada emoción tiene asociada mas o menos generación de tal y cual hormona y tal o cual seteo del sistema inmunologico.
Por ejemplo hay dos perfiles del sistema inmunologico, 1) el que combate las infecciones y 2) el que combate las células cancerígenas (todos los días desarrollamos células cancerígenas y todos los días el cuerpo se ocupa de eliminarlas)
Durante la evolución, aquellos antecesores de los cuales provenimos son los que dejaron descendencia porque sus sistemas inmunologicos “aprendieron” a ponerse en modalidad “combate infecciones” cada vez que entraba en stress, porque en esas épocas, el stress estaba asociado a “un tigre me ataca” o “entro en batalla con un enemigo” y en esas batallas había heridas que se podían infectar y terminar gangrenando y matando a la persona (esos no dejaron descendencia) por lo cual cuando hay stress mejor parar el combate contra el cáncer mientras estoy en lucha contra el tigre o en batalla o haciendo guardia en la cueva de noche porque me toco la guardia.
Claro que hoy el stress esta en todas partes todo el tiempo y nos pasamos poniendo el sistema inmunologico para combatir la infección que NO tenemos porque NO hay tigre que ataca (solo es el hijo de puta del trafico que hizo una mala maniobra y casi me choca o el teléfono que suena mientras estoy atendiendo un cliente o … diez mil cosas mas …… ) y obvio, el cáncer de la población también aumenta por ESE motivo, por estar el sistema inmunologico menos tiempo en modalidad “combate de las células cancerígenas”
Es como el huevo y la gallina.
¿Que viene antes, la emoción que GENERA las neurotransmisores (que luego los psiquiatras regulan con pastillas) o son los neurotransmisores que generan la emoción?
No hay respuestas buenas a preguntas mal hechas y la mayoría de las preguntas “o X o Z” son malas preguntas porque elimina la posibilidad de que sea “X y Z ambas”.
Y la respuesta aqui es que es el SOFTWARE DISFUNCIONAL DEL PACIENTE, muchas veces, que le hace decodificar sesgadamente el mundo externo que vive y asi, como fruto de esos pensamientos generados por esas creencias y esa decodificacion, generar esas emociones que generan el cambio del seteo de sus neurotransmisores, por lo cual sus pastillas solo sirven para apagar el incendio, pero seguirán siendo necesarias mientras el PSICÓLOGO no identifique las creencias e intenciones disfuncionales de algunos subpersonajes del paciente para evitar la quinta columna que desde adentro están generando pensamientos y emociones que SIGUEN generando esa desregulacion de neurotransmisores.
Lo mismo con los médicos.
Solucionan el incendio de la desregulacion del resto del cuerpo con sus intervenciones (que son imprescindibles, porque el incendio debe ser apagado) pero no derivan al paciente al psicólogo para ver cual subpersonaje de la mente de su paciente GANA con esa enfermedad de modo que pueda ser neutralizado.
Lo que SI es cierto es que a veces el daño neuronal es suficientemente grande como para haber afectado al HARDWARE cerebral de forma tal que el “medico interno” no puede solucionarlo, por ejemplo, la persona que se crió en un ambiente muy hostil, ha segregado tanta adrenalina tanto tiempo, que su cerebro para no “quemar a las neuronas por sobre excitación por demasiados iones de calcio que entran a través de sus neuroreceptores”, eliminan receptores. Luego esa persona de adulta va a la vida y la vida “normal” les “duele por aburrida” porque la adrenalina normal segregada ya no estimula suficiente el cerebro por que tiene pocos receptores.
Y ahí la persona se autogenera una vida de caos, porque la sobre excitación la normaliza (tiene pocos receptores pero si están bombardeados por un exceso de adrenalina se vuelve al “equilibrio”) o se vuelve adicta a deportes de riesgo con lo que pone en riesgo a su vida para compensar la falta de receptores de adrenalina.
La depresión es otro caso similar.
Si mi decodificacion del mundo es tal que veo a mi situación “sin salida” y me mantengo en esa decodificacion largo tiempo, cambian mis receptores de serotonina lo suficiente como para que la sensación usual, aun para un exterior normal, sea de tristeza.
Y MIENTRAS la psicología no cambie el software decodificador, la intervención del psiquiatra es fundamental para apagar el incendio.
Ni hablar de que hay casos donde el daño es tan grande que es irreversible, que puede haber sido creado ya en la gestación, que nació con la persona y se manifiesta en determinado momento (aunque también cuando y como y si se manifiesta o no depende de las vivencias vividas y su decodificacion).
Resumen: un servicio de salud adecuado requiere la INTEGRACIÓN DE LA PSICOLOGÍA tanto a la psiquiatría como a la medicina.
Lo que no entienden algunos psiquiatras y médicos
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