Las mujeres que seducen hombres casados

Una vez una consultante mujer me dijo en nuestra charla “todos los hombres casados son infieles”. Como se que no es así (hay estadísticas al respecto) me di cuenta que esa “falsa creencia” era una pista valiosa para entender su vida de modo que analizamos el tema. Y ella insistía que con cualquier hombre casado que ella flirteara, él siempre se terminaba acostando con ella.
Lo que agregó otra pista, porque no es usual que una mujer se acueste con tantos hombres como para haber sacado esa “estadística” particular.
Y le pregunte si no le había pasado ALGUNA vez en toda su vida que un hombre no cediera a sus encantos. Si, me contestó, pero esos debían ser gays.
Me quede mirándola en silencio para que ella se permitiera escuchar lo que había dicho y se sonrió, con una primera sospecha de que quizás, de repente, su decodificacion del mundo estuviera distorsionada, para permitirle a determinado subpersonaje interno poder seguir pensando lo que ese subpersonaje necesitaba pensar.
A lo cual le siguió la pregunta si su padre había sido infiel. “Si, mucho”. Y eso había creado muchos problemas en su hogar de origen.
Entonces le explique que la niña interna que vivía dentro de ella necesitaba pensar bien de su papá, a pesar de que la adulta le recriminaba como había hecho sufrir a su madre y a ella misma de niña por los problemas en el hogar.
Y que la única forma en que podía pensar menos mal de su papá, era tratando de seducir hombres casados, porque cada hombre casado que había seducido le permitía pensar “TODOS los hombres son así, por lo tanto papá no es malo porque no tiene culpa de haber nacido hombre”. Pero que una estadística sobre “LOS” hombres no se hace seduciendo a 10 o 20 casados, porque hay cientos y cientos de millones de hombres casados en el planeta, muchos de los cuales NO son infieles, y que no es lógico postular sin pruebas que todos los que no cedieron a su flirteo eran gays, y que estaban BIEN que hubiera hombres fieles, y que era hora de que pudiera soltar su necesidad de justificar a su papá, a pesar de la necesidad de su niña interna de pensar bien sobre él, porque el precio que estaba pagando por esa necesidad de justificar lo injustificable tampoco era bueno para su alma, al ser cómplice de los engaños a las mujeres de esos hombres, dado que no solo es culpable de infidelidad el infiel sino también su cómplice, como en todo delito (legal o moral).
Le cayó la ficha, entendió, lloró (decirle “adiós” a la imagen de papá es también un duelo) y se liberó de su compulsión de demostrar que “todos los hombres casados son infieles”.
Posdata:
No es por poder salir sin compromiso que la mujer elige salir con un hombre casado. Si no queres compromiso tenes cantidad de hombres solteros o divorciados con los que podes salir sin compromiso y ellos encantados!!.
Y no tengo que explicar que 2 + 2 = 4 a nadie por lo tanto la responsabilidad moral de ser cómplice del engaño a la esposa del otro es sabido por cualquier mujer que sale con un casado.
De modo que si una mujer está dispuesta a cargar con ese sentimiento de culpa (consciente o inconsciente) de ser cómplice de mentira engaño y traición, es porque GANA algo saliendo con un hombre casado que el hombre libre no tiene, y lo que gana es, en mi opinión,
1) lo expresado arriba en el posteo referente a este caso en particular (probar que el padre infiel no es tan culpable) o
2) recrear el triángulo amoroso original (hija – papá y mamá) pero esta vez no perder al hombre casado (papá) con su mujer (mamá) sino que esta vez papá la prefiera a ella y no a mamá y deje a mamá para estar con ella (el primer grupo de mujeres no tiene interés en que el hombre deje a su mujer, el segundo grupo si)

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