De algo los psicólogos tienen que vivir y alimentar a sus familias.
Las prostitutas también.
Vos dirás: pero las prostitutas pueden dejar ese trabajo y dedicarse a otro.
Te contesto: los psicólogos también. Eligieron esa profesión.
En un mundo ideal, donde no hubiera necesidades insatisfechas a nivel material y el cobro fuera solo para darse a uno mismo los lujos, si algo debiera darse gratis en la vida es el acceso a tu cuerpo en un acto sexual y el escuchar los problemas de otro y darle lo mejor de tus conocimientos, sentido común, intuición y amor, para ayudarlo a estar mejor en su vida.
¿Estoy en contra de que exista la profesión psicología, paga por los consultantes?
Obvio que no!
En mi época que atendía consultantes privados cobraba.
Y con ningún sentimiento de culpa.
Tampoco los tendría si me dedicara a vender mi cuerpo por dinero y elegiría libremente hacerlo (¿cuantas personas, por ejemplo, están casadas por interés, como motivación principal, en el equivalente conceptual a “prostitución de un solo cliente”, y no se sienten culpables por ello?)
De algo todos tenemos que vivir y tanto alquilar nuestra oreja y mente o nuestro cuerpo pueden hacerle mucho bien a quien lo necesite por lo cual podemos racionalizar lo que hacemos y verlo solo como “servicio al otro”.
Y lo es.
Pero no “solo”.
Si hay una profesión que respeto en el mundo y que yo preferiría vivir de ella, materialmente, ante cualquier otra profesión, es la psicología.
¿Por que este posteo, entonces?
Simplemente estoy llamando a las cosas por su nombre por eso de que el crecimiento personal es el apego a la verdad.
Para que no se confunda el cariño natural que el psicólogo tiene por sus pacientes con amor, de la misma forma que no se debe confundir (como muchos clientes hacen) la entrega física de la prostituta con relación personalizada (muchos clientes de prostitutas, aunque te parezca mentira, en el orgasmo le dicen “te amo” a la prostituta con la que están, confundiendo los tantos)
Dicen que la prostitución es el oficio mas viejo del mundo.
La psicología, en el sentido de prestarse a escuchar los problemas de otro (oreja) y usar todo lo que sabemos para darle nuestra opinión de como estar mejor en su vida (mente) también lo es.
Este posteo es un intento de ayudar a los pacientes y psicólogos del mundo a entender que nuestra profesión, cuando la hacemos cobrando, NO es “amor”, por el equivalente de que cuando vos queres a alguien no le cobras por acostarte con el/ella.
Si mareamos al paciente o consultante sobre lo que es genuino amor, sale a la vida con mapas errados, que es exactamente lo opuesto a lo que se busca en una relación psicoterapeutica.
Posdata: la transferencia (vivir con el terapeuta el equivalente a una relación pasada que quedó como asignatura pendiente, para poder “trabajar” así asuntos pendientes del pasado, lo cual es muy útil en terapia) se puede lograr con el terapeuta IGUAL sin necesidad de engañarse pensando que “eso” que tienen entre paciente y terapeuta es un ejemplo de la relación de amor que tienen derecho a buscar en su vida.
La prostitución de la oreja
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