No se suele hablar mucho de ello, y hay mucha gente que no sabe que para estar sano uno no solo necesita aire, agua y comida, sino también caricias.
Tanta es la falta de suficiente caricias que tienen millones de personas, que ese minuto en que te lavan la cabeza en la peluquería y sentís el equivalente a unos mimos en el cuero cabelludo, es una parte muy disfrutable y muy buscada de la experiencia de “ir a la peluquería”.
Mucho mas disfrutable, a veces, que ir a un bar y tomar un refresco y comerte algo.
No porque el refresco no sea rico sino porque el “hambre” de caricias es mas grande, en algunas personas, que el hambre o sed físicos.
Una buena pareja, de primera calidad, entre otras tantas cosas, provee a ambos de la dosis suficiente de abrazos, caricias, mimos y masajes como para andar siempre con el tanque lleno.