No hay como casos particulares para que los conceptos de la teoria logren realmente ser captados.
Asi que te voy a contar algo que pasó en los ultimas 48 horas.
Sylvia, una amiga, se puso de novia hace un par de meses con un chico de Argentina (nosotros vivimos en Montevideo, Uruguay)
Se conocieron por Facebook.
Ambos vienen de infancias muuuuuy dañadas.
Con madres muuuuuy dañinas.
Y ella se pasaba hablando con el por wasap, horas y horas por día, día tras día, haciéndole de compañía y dándole mucho amor.
Desde el día que se conocieron.
Se encontraron solo tres veces por ahora, personalmente.
Hasta que explotó todo.
El le dijo que no sabia lo que le pasaba, que se sentía “lleno de odio” hacia todo el mundo, que se ponía a llorar solo, que no aguantaba el dolor que sentía en el corazón.
Que nadie nunca, ni su madre ni siquiera su ex mujer había sido bueno con el.
Que ni siquiera cuando habia encontrado a su ex con otro sentía ahora el odio que sentia adentro por todo el mundo.
Que no podia seguir con ella asi que le pedia que no le dijera tantas cosas lindas ni le llamara mi amor ni fuera tan buena, que necesitaba que fueran por un rato mas bien amigos que novios.
Parece muy loco, ¿no?
Sin embargo es absolutamente explicable. si entendes de psicología, y eso que le pasa al novio de Sylvia le pasa a CASI TODO EL MUNDO, solo que como el grado de daño de la niñez no es tan grande, no queda tan patente en la vida de las personas.
Y es que “no tenemos permiso interno, hasta que crecemos, para que nos quieran mejor de lo que nos quisieron nuestros padres”.
La cota superior que nos ponemos como “mapa del mundo” que tenemos sobre nuestro derecho a recibir amor, es lo que nos dieron de chicos.
De ahí la frase “cada cual tiene el amor que cree que tiene derecho a recibir”.
Sylvia le prendió fuego a los esquemas de el.
Le DEMUESTRA con los hechos que ES querible.
Que si sus padres no lo cuidaron fue por culpa de sus padres, no de el.
Y eso lo pone ante la evidencia de que toda la vida fue huérfano con padres vivos.
O peor, porque el huérfano tiene la oportunidad de saber que no tiene padres y empezar a digerirlo, pero cuando los tenes vivos, y te dañan, por acción o por omisión, te crees que “eso es lo normal”.
Ese dolor que siente el novio de Sylvia y ese odio que siente es el odio que nunca pudo asumir para con sus propios padres y contra la “mala suerte” (destino, como quieras llamarlo) de haber nacido en esa familia con esa niñez disfuncional.
La salida, como siempre es la VERDAD.
SOS querible, MERECES que te quieran constructivamente, que te pongan en primera prioridad (como siempre debe ser una relación de pareja, ponerse mutuamente como primera prioridad), mereces que se ocupen de tu felicidad (y vos ocuparte de la de tu pareja).
Solo cuando nos cae la ficha de que la cota superior de lo que merecemos NO ES el amor de nuestros padres y que bastante sufrimos en nuestra niñez como para seguir reclutando personas, ahora de grandes, que nos quieran tan poco constructivamente como nos quisieron nuestros padres, podemos salir del pozo de la infelicidad y conseguir relaciones lindas, felices, constructivas.
Falta de permiso para ser bien querido/a
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