A la persona “normal” en el sentido estadístico de la palabra (norma = el promedio = la mayoría) el placer es disfrutable y el dolor es algo que se le huye.
El masoquista tiene en determinado punto del cerebro los cables invertidos, y el dolor es disfrutable.
Algunos son masoquistas físicos y disfrutan del dolor físico y se excitan sexualmente con ello
Otros son masoquistas emocionales y disfrutan del dolor emocional (por ejemplo del dolor emocional de la humillación o del dolor emocional de los celos). En este utlimo grupo entendemos los tríos sexuales donde a un hombre le gusta ver como otro hombre tiene sexo con su mujer o una mujer disfruta ver como otra mujer tiene sexo con su hombre o a los swingers donde ambos disfrutan ver a sus respectivas parejas con otras personas mientras ellos mismos están con otras personas.
A la persona “normal” en el sentido estadístico de la palabra le disgusta ser la fuente de dolor de otra persona.
El sádico tiene en determinado punto del cerebro los cables invertidos y “hacer sufrir”= placer
Algunos son sádicos físicos y disfrutan del dolor físico que le generan a otro y se excitan con ello
Otros son sádicos emocionales y disfrutan del dolor emocional que le generan a otros y se excitan con ello (en un trío, el tercero que se acuesta con la mujer del otro y la tercera que se acuesta con el marido de la otra tiene como “motivación psicológica” su disfrute “sádico emocional”).
El sadomasoquismo es perfectamente válido como cualquier otra practica sexual que involucre a dos adultos que ambos disfrutan con ello.
Y como siempre, el tema es conocerse los gustos sexuales, y encontrar una pareja compatible con los mismos gustos de uno, dado que la sexualidad es parte importante de una relación de pareja, y que las incompatibilidades sexuales muchas veces terminan en infidelidad lo cual si que es un gravísimo problema para la calidad del matrimonio y su continuidad.