La represión de la ACCIÓN es importante en la vida (no podemos golpear a alguien cada vez que nos viene ganas de golpearlo, no podemos insultar a alguien cada vez que nos viene ganas de insultarlo, etc).
Pero la represión del PENSAMIENTO siempre genera problemas.
La mayoría de nosotros tenemos DESEOS sexuales que NO estamos dispuestos a llevarlos a la práctica, pero esos mismos deseos pueden servir como afrodisíaco para las relaciones sexuales cuando ambos en la pareja se excitan con las mismas fantasías (el órgano sexual mas importante es el cerebro)
Para lo cual hay que tener bien claro (y dejárselo entender a la pareja) que una FANTASÍA sexual NO ES UN PLAN para llevar a cabo en la práctica.
Algunas fantasías se pueden llevar a la práctica, y otras no, yo diría que la mayoría no, porque en las fantasías todo es perfecto según lo que uno quisiera que pase y no hay “efectos secundarios” y en la practica, si uno las lleva a cabo, todo no es perfecto y hay efectos secundarios o sea costos a pagar que en las fantasías no existen.
Algunas personas no se animan a explorar fantasías por miedo a lo que la pareja piense de uno/a o por miedo a que el otro piense que está proponiendo llevarlo a la práctica.
Se ha comprobado neurocientificamente que el cerebro se activa casi por igual cuando uno se imagina una escena que cuando uno la vive, lo que lleva a que el subpersonaje “come” de la experiencia casi por igual imaginándola que viviéndola en la realidad.
Todo subpersonaje que desea algo y no es “alimentado” puede juntar tanta “hambre” que termine arrastrando a uno a una acción sin control, lo cual se llama en psicología “acting out” y eso en general implica cosas destructivas para la vida de uno. Por lo cual alimentar a esos subpersonajes con fantasías sexuales no solo mejora nuestra vida sexual sino que es “medicina preventiva” para evitar los acting outs.
Pero hay otros puntos a favor de incluir las fantasías sexuales en la sexualidad:
a) a muchas personas les pasa que la calentura de la pareja de uno le sirve de afrodisíaco, o sea ver a nuestra pareja muy excitado/a nos excita aún mas. Si nuestra pareja tiene rienda suelta para explorar sus fantasías, nos excitamos A TRAVÉS DE SU excitación lo cual beneficia a ambos en la relación sexual.
b) genera mas intimidad en la pareja, porque saber los “secretos mas recónditos” del otro genera cercanía en la pareja
El rol de las fantasías sexuales
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