Cuando la mente posa la atencion en un objeto, ese objeto capta la energia de ese rayo de atencion, como si fuese el rayo de luz de una linterna. Por ejemplo a veces sentimos que alguien nos debe estar mirando desde atras, nos damos vuelta y efectivamente encontramos que alguien nos estaba mirando. O una mujer linda entra a una habitacion y siente las miradas de los hombres puesta en ella (sin necesidad de ver especificamente a cada par de ojos que la estan mirando). Ese rayo de atencion es psiquico, no material, y puede ser “sentido” aun a distancia. La madre de un niño chico puede irse de casa e ir al trabajo pero su rayo de atencion seguir sobre su hijo/a y el hijo/a quien se siente “contenidoa” porque esta “mirado por mama” (y protegido por la energía nutricia y protectora embebida en ese rayo, asi como la mirada de los hombres que miraban a la mujer teñian de energia “deseosa” la mirada que ponian sobre la mujer del ejemplo anterior y la mujer se sentia mirada “con ese tipo de energía”). De la misma manera, las madres que “desconectan” de sus hijos cuando van a trabajar, hacen sentir a su hijo/a totalmente “desprotegido” y “abandonado”. Cuando somos criados con poco “rayo de atencion” de nuestros padres, vamos por la vida con la necesidad permanente de llamar la atencion. Los actores de teatro o de cine o de TV en general son impulsados en su profesion por esta carencia. Para todo el resto de nosotros, quedan las mil y unas maniobras que los humanos usamos (en mayor o menor medida) para recibir rayos de atencion. Maniobras que por otra parte nunca van a llenar el agujero emocional hecho en la niñez (son solo un paliativo, que merece renovacion constante, hasta que aprendemos a usar el rayo principal, que es el que el YO no maquina puede posar sobre los subpersonajes de la mente, incluyendo al niño herido que vive dentro de nosotros)
Mas informacion sobre el concepto del “YO no maquina” en http://robertolazar.com/libro-i-elijo-luego-soy/