Todo ser humano tiene una gigantesca “capacidad intuitiva” (el famoso psicologo JUNG lo llamaba la capacidad de SABER ABSOLUTO) que nos permite saber, intuitivamente pasarle un “scan” o “radiografia psicologica instantanea” a las personas con las que nos cruzamos y “saber todo” sobre ellas, de modo de poder reclutarlas si nos sirven para “jugar el juego de nuestros subpersonajes interiores que vienen con alguna asignatura pendiente de nuestra niñez herida”.
Tambien usamos ese radar intuitivo para “saber” donde, y cuando sucede determinado evento, como para “meternos” en determinada “experiencia de vida”.
Es asi que “reclutando” inconsciente e intuitivamente personas y eventos, un gran porcentaje de lo que creemos que “nos pasa”, no “nos pasa” sino que “nos lo hacemos pasar”, usando esa capacidad intuitiva y de radar al servicio de nuestros subpersonajes internos (especialmente los inconscientes, los que no sabemos que estan ahí) que están buscando vivir determinada experiencia de vida (la Caperucita busca con su radar al Lobo y visceversa).
Y después nos preguntamos como es posible que nos “toque” ese tipo de pareja o de socio o de amigo, o de accidente, etc.