Cuando hemos fracasado en alguna relación afectiva, y especialmente si el fracaso ya es repetido, a veces pasa que aunque culpemos a nuestras ex parejas por el fracaso de las relaciones, sabemos, conscientemente o inconscientemente, que el problema es nuestro mas que del otro,
Ahí nos sobreviene el miedo a que en la próxima pareja OTRA VEZ vamos a sufrir el fracaso de la relación, y efectivamente, no se puede solucionar un problema que no se admite que se tiene o que se admite que se tiene pero no se lo puede identificar o se lo puede identificar pero no se lo sabe neutralizar.
Y lo que suele suceder ahí es que …
a) nos “retiramos a cuarteles de invierno” (dejamos de entrar en relaciones de pareja), o
b) nos conformamos con entrar una relación de esas con una pareja “inferior” a uno, que por saberse inferior nos aguanta cualquier cosa (y ahí, pensamos, podremos seguir siendo “difíciles” o “complicados” en relación de pareja solo que nos van a “aguantar la cabeza”).
No es constructivo para nuestra felicidad ni a) ni b).
Lo único que sirve cuando sospechamos que quizás, de repente, en una de esas, la culpa fundamental de nuestros fracasos anteriores es de nosotros mismos, es acudir a un buen terapeuta que sepa descubrir CUAL es NUESTRO problema y nos ayude a encontrar la SOLUCIÓN.