No existe perdón sin condena previa.
¿Como podes perdonar a alguien que no cometió ningún crimen o que no tenes claro que cosa le estás perdonando?
Y a su vez, no podes condenar sin juzgar previamente, de forma certera y justa, sin agregar ninguna gravedad a la que realmente tiene lo cometido y sin quitarle nada.
Lo mismo vale para el perdón a uno mismo.
Primero uno tiene que tener bien claro que cagadas hizo, a quien perjudico, cómo, cuándo y cuánto.
Lo cual requiere lo opuesto a lo que la gente que hace cagadas normalmente hace que es mirar para otro lado, proyectar las propias culpas en el otro y otras estrategias diseñadas para NO hacerse cargo del daño hecho a los demás.
Solo DESPUÉS de haber juzgado y condenado, puede uno genuinamente perdonar y perdonarse.
El perdón tipo “cheque en blanco”, dado al barrer, a uno mismo o a los demás, es solo un mal chiste, una forma supuestamente elegante de no hacerse cargo.
Ni es crecido espiritualmente ni es crecido psicologicamente.
Es solo evasión y lo opuesto al verdadero crecimiento personal.