Hoy 12 de abril 2018 es el día del recuerdo de los judios asesinados en el Holocausto, entre 1939 y 1945, por los nazis, ayudados por antisemitas de las poblaciones locales.
Entre esos asesinados estuvieron mis familiares, y entre ellos, el hermano de mi madre, que se llamaba Roberto y en cuyo recuerdo me pusieron el nombre, y la madre de mi padre, mi abuela paterna.
Mi madre y mi padre, sobrevivientes, tenían entonces 14 y 18 años respectivamente.
Ninguna persona se puede imaginar seis millones de judios asesinados. Ninguna persona puede imaginar un millón y medio de niños asesinados entre ellos.
Por eso, en el parlamento de Israel, es costumbre en este día, el día del Holocausto, recitar cada parlamentario UN nombre de UN asesinado en esa época por el pecado de “ser judío”.
Porque a una persona, una mujer, un niño, un hombre, asesinados, a tiros, gaseados, ahorcados, a golpes, o de hambre, eso si lo podemos imaginar.
En Israel a las 10 de la mañana de hoy (hora local de allí) como todos los años, suena la sirena en cada rincón del país, y la población para lo que sea que esta haciendo, los autos paran en la mitad de la carretera, los transeúntes paran de caminar donde sea que estén, todo se detiene, en una escena surrealista que al menos a mí me pone la piel de gallina (adjunto link abajo), y durante los dos minutos que dura la sirena todos dan su homenaje a los caídos y nos sirve de recuerdo de que cuando los judíos no teníamos la forma de defendernos, cuando no teníamos un país y un ejército propios y la total y absoluta determinación a luchar por nuestro derecho a la vida y al estado judío, fuimos durante dos mil años perseguidos, echados de donde vivíamos, expropiados de nuestros bienes, relegados a vivir en zonas especiales (guettos) en las ciudades o pueblos y sistemáticamente discriminados.
Cuando mi madre era chica (o sea no hablo de historia antigua) no podia haber mas de 3 judios en una clase de la escuela o del liceo y se tenian que sentar en la ultima fila (hablo de Hungria, en este caso).
Mi padre de niño (también en Hungría, en otra ciudad que mi madre) fue apedreado por otros niños por …. “ser judío”.
El antisemitismo es una enfermedad del espíritu.
Es una enfermedad contagiosa, en cada generación hay algún país o grupo de países que toma la antorcha del antisemitismo (hoy disfrazado de antisionismo y muchos antisemitas esconden su antisemitismo diciendo que son antisionistas, pero si los apretas, ni saben que es en realidad el sionismo)
El “nunca mas” no se genera con buenas intenciones, sino con la total y absoluta y profunda decisión de luchar contra el antisemitismo en dos frentes:
1) la información (para que a los mas inteligentes les de vergüenza sus sentimientos antisionistas y se den cuenta que solo están disfrazando sentimientos antisemitas y se pregunten por que)
2) la fuerza, porque no podemos darnos el lujo de perder ninguna guerra sin ser destruidos por el enemigo.
Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=OeozUSWdoQA