Imaginate el campo de energía de una persona como algo físico que lo rodea, con determinada forma.
Los campos de energía de las diferentes personas, al interrelacionarse, encajan o no, y cuando encajan, encajan mas o encajan menos.
Hay veces que sentís que tu campo de energía encaja “perfecto” en el campo de energía de la otra, y viceversa.
Hay como una “comodidad” inmediata en la relación, una “piel” perfecta, un “estar en el hogar” cuando uno está en los brazos del otro.
Cuando lo conseguís es una bendición un regalo de Dios, una suerte disfrutable que uno debe agradecer con humildad porque nada que uno haga es suficiente “merito” para obtenerla.
Y ese encaje, como la llave adecuada que abre la cerradura, lo sentís desde la primera vez.
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