Los niños son por definición inmaduros, intelectual y emocionalmente y uno de los síntomas de eso es que no son buenos planificadores a largo plazo de las consecuencias de sus acciones del momento y por eso no saben postergar la gratificacion, el futuro no cuenta, quieren todo lo que quieren ya, aún si el costo futuro no vale la ganancia presente.
El sistema legal recoge este hecho y por una parte los declara inimputables de los crimenes que cometan, ejemplo si matan a alguien teniendo doce años de edad, porque considera que no son capaces de entender que las consecuencias de matar a alguien es que seguirá muerto mañana y dentro de cinco años y dentro de diez años, que no es solo cuestión de “ahora”, y por otra parte no los deja elegir cómo vivir sus vidas sino que le dan ese poder a sus padres (lo llamamos patria potestad).
El problema es que una gran parte de la población adulta sigue siendo inmadura intelectual y emocionalmente.
Y por otra parte, hay muchos que pueden saber mucho de fútbol o de programas de TV pero muy poco de Historia, y otros temas “profundos”.
La psicología nos enseña, y lo podemos observar una y otra vez en la práctica, que “el mejor predictor de la conducta futura es la conducta pasada de una persona”,
Si repites lo mismo que has hecho en el pasado, estas loco si esperas resultados diferentes, dice un dicho muy cierto.
Extrapolando estos dos conceptos a los pueblos y su conducta, surge otro dicho muy cierto que dice “el que no conoce de Historia esta condenado a repetirla”.
Y es cierto porque lo que se aplica a las personas individualmente tiende a ser cierto también para los grupos de personas, como los pueblos.
Todo esto nos lleva al problema actual:
el votante promedio no solo es un ignorante de la Historia humana (de modo que si no sabe lo que ya se probó en el pasado, y no funcionó, buscará hacerlo de nuevo, sin saber que no va a funcionar porque ya se probó que no funciona), sino también es ignorante en todos los otros temas que hacen a un voto informado (temas como economía y las consecuencias de cada medida economica que se toman, en el medio y largo plazo, la tecnología de punta y los impactos que generará en la sociedad y por lo tanto como mejor prepararse para ello, etc, etc, etc, etc ,etc ,etc, etc).
Pensar que la democracia (1 inmaduro desinformado = 1 voto) generará las decisiones y acciones globales necesarias para atacar los graves problemas que enfrenta la humanidad hoy (problemas que amenazan con ser “terminales” en el sistema económico y financieros, problemas terminales ecológicos, riesgo de autodestrucción por mal uso de nuestras armas de destrucción masiva) implica una ingenuidad terrible y peligrosa.
¿Qué alternativa mejor que la democracia existe?
Solo una por ahora utópica, el que una élite bien intencionada (obviamente no la élite actual que maneja las cosas en el planeta Tierra) y con toda la información y capacidad de toma de decisiones en función del bien colectivo de mediano y largo plazo, no solo del YA o los próximos años antes que la próxima elección, que es lo que le importa al votante promedio, tomara las decisiones necesarias para nuestro bienestar colectivo.
Como no sabemos como hacer para elegir a esa élite y darle todo el poder, (además del miedo a las consecuencias de que “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, según dice el dicho), terminamos con la segunda opción, la actual, la democracia, la menos mala de las opciones reales disponibles, pero que es tan mala, que nos está llevando a la autodestrucción de la civilización planetaria y la muerte de gran parte de la población.
Luego de la cual tendremos la motivación necesaria para transformar la utopía en realidad.
¿Como sería una forma racional de elegir quien nos gobierne?
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