Los abusos físicos que se le hacen a un niño son notorios, porque podes VER las marcas en el cuerpo.
Los abusos emocionales y malos tratos emocionales son menos notorios, cuando ocurren, para la mayoría, porque NO VES las “marcas”, PERO si entendes de psicología PODES DEDUCIR los abusos emocionales que recibe a partir de ciertos síntomas de su conducta.
Te voy a poner un ejemplo de la vida real de tremendo abuso emocional.
El padre es infiel, el hijo lo descubre y el padre le pide ocultar a la madre el hecho (para evitar el escándalo y el posible rompimiento de la familia)
Fijate ahí el dilema del chico:
Si es honesto y le cuenta a su madre lo que descubrió, corre riesgo de ser el quien con su acción rompa la familia.
Si no le cuenta a su madre, la traiciona, porque es cómplice de la infidelidad del padre.
Haga lo que haga, pierde.
Veinticuatro horas por día ese chico sufre emocionalmente porque el padre infiel le está pegando latigazos emocionales obligandolo a elegir entre perder o perder, sufrir o sufrir. haga lo que haga.
¿Que pasa en una situacion así?
Varias cosas, todas ellas malas.
1) para aliviar un poco su sufrimiento, cuando el chico decide no contarle a la madre (la elección usual en estos casos, porque es mas fácil elegir “no hacer algo”, que “hacerlo” por mas que ambas son “elecciones” por igual) trata de justificarse a si mismo su decisión de no contarle empezando a distorsionar su percepción de su madre viendo todos sus defectos multiplicados por diez y viendo todas sus virtudes divididas por diez, para que puede pensar “ella es tan mala que se lo merece”.
Con lo cual empieza a separarse afectivamente de la madre, y pasado un tiempo, aun si el matrimonio ese se separa (porque los cónyuges infieles mas tarde o mas temprano son descubiertos por la pareja, como es el caso de la vida real al que me refiero), la inercia mental que todo cerebro tiene hace que SIGA necesitando ver a la madre como “mala” para poder justificar, retroactivamente, su traicion a la madre.
2) exactamente por el mismo mecanismo de tratar de justificar su complicidad con el padre infiel (no contándole a la madre), así como defenestra a la madre en su percepción distorsionada de ella, necesita idealizar al padre multiplicando por diez su virtudes y dividiendo por diez sus defectos, con la consecuencia de que empieza a “copiar” al padre sus conductas, incluyendo las malas y no tengo que explicar como eso daña al hijo en su vida futura.
¿Como podes detectar que un niño así ha estado sufriendo de abusos emocionales?
Por sus problemas de conducta, relacionados a “no respetar los derechos de los demás”, por no manifestar en su conducta que ha entendido que “mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro” (que es justamente lo que pasa en toda infidelidad, el infiel cree que su derecho a cristalizar en una relación su deseo sexual o afectivo por otra persona vale mas que el derecho de su pareja a que le sean fieles porque así se lo han prometido).
Y analizando de adelante para atrás, a un niño así, en su vida pasada, podes descubrir donde empezó ese mareo mental, esa confusión acerca de cuales son sus derechos y cuales no, y ahí le podes explicar a ese niño como fue abusado emocionalmente por el padre infiel que le pidió ser cómplice de su infidelidad, lo liberas de su complejo de culpa explicándole que como niño no es responsable de lo que hizo, ya que los niños son inimputables y el padre lo puso en una situacion intolerable, que el único culpable ha sido el padre infiel (entre otras cosas por el pesimo ejemplo de vida que le dio) y con eso el niño puede empezar a ser “normal” nuevamente.
Eso “en teoría”.
En la práctica, los abusos fuertes del tipo que sean dejan una marca de por vida y consecuencias de por vida.
Y lo único que puede hacer la terapia es bajar un poco la gravedad de las consecuencias que trae ese abuso recibido.
Por ESO yo pondría penas de cárcel no solo para los padres que abusan físicamente de sus hijos (como es el caso para los abusos sexuales o físicos graves) sino también para los casos de abusos emocionales graves, como el descrito arriba.