Probá con un niño chico de cinco años, por ejemplo, jugar a que no lo ves. Donde está Tomas? Alguien vio a Tomas? Y el niño está alli al lado tuyo y te dice “aquí, estoy aquiiiii!!!” y vos seguis preguntando “no encuentro a Tomas, alguien lo vio?” y el niño empieza a desesperarse “estoy aquiii!!!!”
O sea si observas no es solo un juego, el niño se “angustia” cuando jugas a no verlo.
Todos somos así, todos tenemos ese niño interno.
Cuando nuestra madre es una buena madre, de esas que no abundan hoy en el mundo, somos “vistos y registrados” por ella y se nos llena el tanque de combustible de la necesidad de “existir” (porque existimos en la mirada de los demas, al inicio de nuestra vida)
Cuando estamos en el extremo opuesto y tuvimos una madre que estaba “en otra”, salimos a la vida con una permanente “hambre” de ser “registrados” por algun otro ser humano, y ese es el caldo de cultivo de la vocacion de actor, especialmente de actor de farandula, de esos que igual prefieren estar en el medio de escandalos pero que al menos los registren y hablen de ellos.
Todos estamos en algun punto intermedio de todos los grises que existe entre el 0 y el 100 de eso de “cuanto hemos llenado el tanque de haber sido vistos y genuinamente registrados por nuestros padres” cuando eramos chicos.
Y incontables millones de dolares y horas de tiempo se gastan cada día en el mundo por ese hambre de figurar y de llamar la atención y de ser registrados por “algún otro”.
FaceBook conecta en parte con ese “hambre”.
Cada “me gusta” que uno recibe es una “mirada suplementaria” que llena el tanque.
Ir a fiestas para “ser visto” es otra forma de llenar el tanque.
Pero cuando el tanque no se llenó bien de niños, es como un tanque con un agujero abajo, le pones pero pierde, le pones pero pierde y por lo tanto la ausencia de buena maternidad y paternidad nos lleva a una aumentada necesidad de ser registrados y vistos por otras personas.
Una manera de “cerrar el agujero del tanque” es el crecimiento personal, en que nos podemos “ver y registrar” nosotros a nosotros mismos.