Todos tenemos determinadas sensibilidades, cosas que nos dicen o hacen que nos “hacen saltar”.
Y lo que te hace saltar a vos no necesariamente es lo mismo que me hace saltar a mi y viceversa, cada cual tiene SUS nervios a flor de piel.
De que dependen?
De las experiencias dolorosas de nuestra niñez, en particular, y de nuestra vida anterior, en general.
Lo que nos hace acordar a cosas todavía no resueltas del todo (y hay dolores que los llevamos de por vida) nos hace saltar no solo por lo que está pasando en este momento, sino porque resuena con “eso” que nos dolió tanto antes.
Te voy a dar un ejemplo de esto mismo aplicado a grupos enteros.
Cuando murió Lady Di la esposa del príncipe Carlos, hubo una especia de funeral mundial, no solo televisado mundialmente en directo, sino con millones de personas llorando por el mundo entero.
Esas personas quizás creían que lloraban por Diana pero en realidad están reviviendo duelos anteriores todavía no sanados y estaban llorando por sus muertos personales a quienes todavía extrañaban o de quienes no habían podido despedirse saldando las asignaturas pendientes.
De modo que una pista util para examinar tus dolores irresueltos (y ponerte a trabajar en ellos, si tenes la energía necesaria) es darte cuenta que cosas te “hacen saltar” hoy en día de forma mas fuerte que lo que la mayoría de la gente haría en una situacion igual.
Cuando “damos mas por el pito de lo que el pito vale”, tenemos una pista genial para explorar nuestro propio inconsciente y crecer.