Juicio y castigo

Hay un juez interno al que debemos aprender a perderle el miedo, en psicología lo llaman “el super-yo” y se refiere a una especie de grabadora interna donde se graba lo que nuestros padres y nuestra iglesia o templo o nuestros maestros nos “programaron” de niños/niñas para que sepamos que creer sobre lo que estaba “mal” hacer, o lo que estaba “mal” dejar de hacer.
Este juez interno puede y debe ser reprogramado, de adulto, según NUESTROS valores elegidos usando nuestro LIBRE ALBEDRÍO.
Pero hay otro juez interno, el verdadero e inescapable, al que algunos llaman “conciencia moral” pero vos dale el nombre que mas te plazca, que tiene claro que está bien y que está mal en cada momento y circunstancia, mas allá de lo que nos hayan “enseñado” de chicos y aun si la voz de la conciencia moral nos dice exactamente lo contrario de lo que dice el superyo programado por otros sobre lo que está bien o mal.
Cuando lo que has hecho generó algún grado de “mal”, para ese segundo juez, el verdadero (la “conciencia moral”) podrás tratar de hacer las morisquetas que quieras para escaparte de oir la voz interna “acusadora” de esa conciencia moral, sea evadirte con ruido o con gente, o con drogas, o con trabajo. o lo que sea que intentes pero no podrás evadirte de él y de su juicio y condena.
Los sufrimientos que tenemos en nuestra vida muchas veces son la expiación que inconscientemente buscamos, por efecto del juez interno que sabe muy bien lo que hicimos mal y cuan mal estuvo eso (porque hay graduaciones de “cuan mal” algo fue o es) y para cada delito moral hay luego de un juicio, una condena y un castigo correspondiente.
De la misma forma que las penas de cárcel son reducidas por buen comportamiento o por trabajo y estudio durante el periodo de “pena” por el delito cometido, la forma de reducir la “pena” por el mal que hicimos no es vendiéndose espejitos de “Dios es Amor” y estas automáticamente perdonado de todo lo que hiciste si tan solo tenes fe en tal o cual cuentito bíblico (el juez interno se caga de risa de esos intentos de zafar) sino que lo único que baja la pena, no la elimina, la baja, es justamente el equivalente a estudiar que es aprender las lecciones que surgen del mal que hicimos y tratar de compensar ese mal con acciones para el bien.
Posdata: una de las grandes fallas de la psicología del siglo 20 y uno de los grandes motivadores que me llevaron a trabajar 30 años para desarrollar mi propio marco teórico de la psicología, a la que he llamado Psicología Teleologica y que la encuentras en estos 7 videolibros aqui http://robertolazar.com/, es que Freud y sus seguidores únicamente hablaban del super-yo como juez interno sin tomar nota de la existencia de este segundo juez interno totalmente independiente de la programación de la niñez y de la sociedad al que ya el filosofo Kant se había referido cuando decía “dos cosas me maravillan mas que nada, la inmensidad del Universo de las estrellas sobre mi, y la voz de la conciencia moral dentro de mi”.

Para ver el posteo original con los comentarios en Facebook hacer click en el siguiente link: https://www.facebook.com/roberto.lazar.5/posts/10209758368576912

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