La mujer necesita sentirse atractiva y generadora de deseo y el hombre necesita sentirse un buen amante que sabe satisfacer a su mujer.
Hay casos exagerados de estos dos tipos, mujeres que basan la autoestima en su belleza y hombres que basan su autoestima en su potencia sexual y su capacidad como semental.
Ambos casos “envejecen mal” porque belleza y potencia sexual disminuyen con la edad.
Pero aún en los casos normales fuera de estos extremos, si una mujer hace sentir a su marido mal amante o un hombre hace sentir a su esposa poco atractiva y deseada, ya tienen medio matrimonio perdido.
Aún hombres que tienen su autoestima basada en la inteligencia y/o en sus valores y/o en sus éxitos, se sienten muuuucho más felices con una mujer que los valora en algo aparentemente tan secundario como su capacidad sexual como amante que con otra mujer que no les haga sentir lo mismo. Y lo mismo vale para las mujeres y como su pareja las haga sentir en cuanto a ser capaces de generar deseo.