Si el padre fue dañino, de alguna manera, por abandono, por maltrato o por sobreproteccion simbiotica donde la toma como “esposa sustituta” que le de la contención emocional que su propia esposa no le da, la niña, para quien el padre es “su primer hombre”, termina sacando la conclusión de que LOS hombres son dañinos.
Ahi se genera, años después, la mujer adulta que tendrá una o varias de las siguientes características:
a) las que van a buscar el poder en sus relaciones de pareja porque el poder en manos del hombre = peligro de nuevo daño sobre ellas
b) las feministas que creen que solo siendo “como hombres” se puede vivir “bien y segura”
c) las que jamas se van a “entregar” amorosamente porque la vulnerabilidad = recibir daño (y entregarse afectivamente es ponerse vulnerable)
d) la mujer que “usa” a los hombres porque “la vida le debe algo” (que no tuvo en su niñez, y cree que algun otro hombre le tiene que dar lo que su padre no le dio).
Y como siempre necesitamos confirmar nuestras creencias para no quedarnos sin mapa de la realidad (si UNA creencia que teniamos se demuestra falsa, perfectamente cualquier otra de las cosas que creemos verdad pueden no serlo y vivir sin mapa de la realidad asusta), si se arriesgan a confiar en un hombre con poder, estas mujeres reclutan hombres que efectivamente SON dañinos de alguna manera u otra para terminar confirmando “el poder lo tengo que tener yo”, “no me puedo entregar afectivamente” y “solo el poder masculino funciona para que no te dañen”), lo cual es todo falso, pero uno siempre recluta lo que necesita para confirmar lo que quiere creer.
Posdata: y de manera simétrica podemos hablar de “el hombre que le teme a las mujeres” porque su madre fue dañina, por falta o por exceso en su rol de madre.
Tipicamente las mujeres con alguna característica a, b, c o d de arriba son, como madres, dañinas para con sus hijos varones y TAMBIÉN para con sus hijas mujeres, porque “si mama le tiene miedo o rabia a los hombres, por algo será, ella es SuperWoman”, piensa toda niña de su madre y así la tara de la madre sigue en la siguiente generación.
Posdata: con respecto a los puntos a, b, c y d, recordá que del miedo sale la rabia y de la rabia acumulada sale el odio y que se puede querer y al mismo tiempo odiar a una persona.