Glitz es un canal de cable donde pasan continuamente situaciones conflictivas de pareja o familia tipo “reality show” con una conductora y una audiencia y por supuesto, los invitados que exponen sus miserias en publico.
Ayer justo sintonice el canal y quede enganchado en un caso que merece una opinión, pero no del caso en si, sino de la lamentable posición de la conductora, cuya falta de sentido común ético asombra.
El caso era así: una mujer casada luego de 12 años de matrimonio con una hija que en ese momento tenia 15 años, se entera de que el marido le fue infiel y dejó embarazada a su amante. La amante tiene el hijo. La mujer del infiel se separa. Luego de 6 meses lo acepta de nuevo.
Pero hete aquí, y ese era el punto del show en este caso, que unos 2 años despues, la suegra o sea la madre del infiel, que vivía en la casa de al lado y dado que la ex amante del marido infiel había quedado sin lugar donde vivir, la invitó al nieto extramatrimonial y a la madre (ex amante del hijo) a vivir con ella (con la suegra) con lo que la esposa se quejaba de que le molestaba tremendamente tener a la ex amante del marido y su hijo extramatrimonial viviendo en el apartamento de al lado.
La abuela sostenia que se sentia abuela por igual de ambos nietos, de la nieta legitima ahora de 18 años y del nieto ilegitimo de ahora 3 años.
La esposa sostenía que no tiene nada contra que el marido fuese a visitar a su hijo extramatrimonial como lo había hecho en los años anteriores, pero que no quería que la ex amante y ese hijo extramatrimonial vivieran al lado de su casa y de su marido.
Típica novela venezolana solo que la vida real suele superar todas las ficciones.
Lo cual me lleva al punto del posteo.
La conductora sostuvo que la esposa no tenia razón en protestar ya que la esposa engañada solo debía enojarse o tener algo en contra del marido, que era quien le había prometido fidelidad al casarse y no cumplió, y no tener nada contra la amante porque la amante no le había prometido fidelidad a ella.
Que animal!
Que falta de sentido común!
Que modo de programar con antivalores a la audiencia!
Es exactamente al revés.
La amante que sale con un hombre casado es casi igual de culpable que el hombre casado que engaña a su mujer.
Porque el cómplice de un delito (digamos en el robo a un banco, el que hace de campana en la puerta) TAMBIÉN VA PRESO, no solo el autor directo, ya que hay obligaciones morales IMPLÍCITAS en la convivencia humana
Hay fidelidades no expresadas con palabras, pero que son igualmente validas entre humanos, y eso incluye no hacerle a otro lo que uno no quiere que le hagan a uno.
Salir con un hombre casado (o con una mujer casada) es un acto inmoral y falta de ética en que uno está siendo cómplice de un acto de engaño, mentira y traición, y esta conductora ha hecho ayer un daño público enseñando los antivalores.
Como el que calla otorga, aquí estoy, llamando al pan pan y al vino vino.