Si tu pareja tiene alguna amistad con malos valores, tu pareja tiene malos valores. Punto y aparte, sin vueltas.
Tenemos un natural rechazo a consumir algo toxico, es un reflejo condicionado del ser humano, y no solo aplica para la comida física sino también para la intelectual, afectiva, psicológica y espiritual.
Por lo cual si tu pareja te dice “ah, pero yo le digo que no haga eso” o alguna de estas tontas excusas que tratan de decir “pero yo no comparto ese antivalor de esa persona”, o tu pareja no tiene ningún crecimiento personal y no sabe el ABC de las reglas del crecimiento personal, o te está tomando el pelo, porque la verdad es que nos contagiamos automáticamente de las energías con las que interactuamos, las buenas y las malas, y porque es absolutamente verdad el dicho que dice “dime con quien andas y te diré quien eres” (no todo tu, pero al menos algunos de tus subpersonajes a los cuales quieres alimentar juntandote con esas juntas)