Automáticamente buscamos gente que vibre en nuestra misma frecuencia porque con ellos, nos sentimos cómodos.
Con personas muy diferentes tendemos a tener fricciones, da mas trabajo convivir, parcial o totalmente.
De modo que un ejercicio eficiente de autodescubrimiento es hacer una lista de las personas con las cuales acostumbras interactuar (tu pareja actual, tus parejas anteriores, tus amigos/as), ponerlas en una lista por escrito y luego describir las características malas o “difíciles” o “problemáticas” de esas personas.
Esas características …
a) o las tenemos nosotros mismos pero no las queremos asumir
b) o la tenían uno de nuestros padres y estamos tratando de justificarlos, rodeándonos de personas que hagan lo mismo (“no es culpa de papá/mamá, era un ser humano, y fijate, los seres humanos hacen eso” sería la falsa y equivocada estadística que, no sabiendo de estadísticas, como le pasa a todos los niños, busca sacar “conclusiones” reclutando 1, 4 o 10 “muestras”, como si representaran a “los hombres”, o a “las mujeres” o “al ser humano” en general)