1) Si da su palabra la cumple (sabiendo eso, no se compromete en cosas que no sepa que puede cumplir, para no terminar engañando o “estafando” a nadie de su derecho a que su parte del contrato sea respetado una vez hecho el contrato, y por contrato no me refiero necesariamente a papeles firmados sino que la palabra dada ya es un contrato)
2) Busca no dañar a otras personas, por lo cual cuando tiene ganas de hacer algo, si poniéndose en los zapatos del otro, se da cuenta que la otra persona va a ser dañada o corre un riesgo de ser dañada, se abstiene de hacer eso que tiene ganas
La persona no ética (se suele llamarla en filosofía la persona “estética”) hace lo que tiene ganas de hacer, y que la/las otra/s persona/s involucradas, si llegan a recibir un daño con eso, “se manejen” como puedan.
La persona ética no tiene menos deseos que la persona estetica pero para la persona ética el fallar a su deber, o fallar a su palabra, le “duele” tanto a nivel moral que no le vale la pena conseguir un placer, o darse un gusto, a costa de sentirse inético.
Todos somos éticos e ineticos en proporciones diferentes.
No existe nadie que sea puramente ético o puramente estético.
La vida real suele pasar por los grises, no por el blanco o negro.
Decimos que alguien es “ético” cuando la proporción ética en su psique es muuuuuucho mas grande que su proporción “estética”.
La persona ética
Para ver el posteo original con los comentarios en Facebook hacer click en el siguiente link: https://www.facebook.com/roberto.lazar.5/posts/10208489612418801