Hoy tuvimos una reunión en casa, y tuve una discusión con una mujer a quien le conté (juntos con los demás presentes) determinado plan de futuro que tenemos con Leticia, y se creyó con el derecho a insultarme y agredirme diciendo que creía que yo tenia ese plan porque en el fondo mis intenciones eran usar eso para engañar o presionar o manipular a Leticia en un futuro.
Y la verdad es que tanto Leticia como yo tenemos claro que ese plan es lo que queremos para nuestras vidas y no hay nada oscuro ni maquiavelico en ninguno de ambos.
No importa ahora el tema en cuestión, es privado, pero lo que si importa, y es el punto del posteo, es que la mujer decía “te lo digo porque soy franca y directa” y luego venia el insulto y la agresión, como si ser franca y directa te diera patente de corso para insultar o agredir a alguien atribuyéndole malas intenciones que no tiene.
Le paré el carro con toda la energía de la que soy capaz y soy capaz de mucha energía (a mi no me insulta ni agrede nadie y nadie se la lleva de arriba si lo intenta, tengo carácter fuerte).
Quise enseñarle esa lección experiencialmente (el que ser franca y directa NO ES patente de corso para insultar o agredir a nadie, y el insulto y la agresión no requiere de palabras soeces; cuando tratas a alguien de mentiroso o de estar buscando perjudicar a alguien a través de planes maquiavelicos estas agrediendo e insultando).
Y aprovecho para compartir esa enseñanza con mis lectores: “si crees que la excusa de ser franca y directa te da patente de corso para agredir a alguien, y te encuentras con alguien que no se deja avasallar, vas a pagar el costo de pasar un mal rato”.