El crecimiento personal es doloroso y algunos pretenden “solucionar” sus problemas personales tomando un atajo, el atajo de la espiritualidad, para evitar el dolor de tener que lidiar con las heridas internas clavando el bisturi a fondo.
Dado que el ser humano es hecho a medida para poder mentirse a si mismo, luego se convencen a si mismos de que realmente practican lo que predican cuando no es así.
Los hombres sabios no afirman lo que no pueden probar. Y cuando hablan, usan palabras que pueden definir con claridad meridiana.
Los charlatanes, en cambio, no tienen reparo en creer y afirmar cosas que no pueden probar, y están llenos de palabras que suenan lindo pero que si rascas un poco, un poco nada mas, tan solo pidiéndole que defina de forma univoca las palabras que está utilizando en su cháchara espirituosa (amor, perdón, luz, etc etc etc) te das cuenta que no sabe sostener un hilo conductor racional claro.
Si uno tiene claridad mental rápidamente sabe diferenciar al espiritual racional que ha llegado al crecimiento espiritual como corolario de su crecimiento psicológico, del que se ha refugiado en la charlataneria espirituoide como evasión para no tener que hacer el genuino trabajo interno psicológico que empieza por saber pensar con racionalidad y sin auto engaños.